El panorama electoral para la presidencia de Colombia se ha depurado, de esta manera el país pasará del debate y análisis político al examen de los planes de gobierno e ideas de los candidatos. Esta campaña, a diferencia de todas las otras en la historia del país, incluirá el componente de la innovación y los cambios tecnológicos que están generando disrupciones en diferentes sectores de la sociedad como el transporte, la hotelería y el comercio, entre otros.
El mundo está experimentado cambios que agita los cimientos económicos y sociales, y está modificando la forma como vivimos. En el sector transporte, países como Francia, Bélgica y China han establecido prohibir la venta de vehículos de combustión tradicional a partir del 2030; de acuerdo a proyecciones de Mc Kinsey y otros centros de pensamiento, la automatización podría reemplazar el 30 del 60 por ciento de las ocupaciones. En este mismo sentido, el Banco de Inglaterra estima que solo en Estados Unidos e Inglaterra se podrían perder 95 millones de empleos por esta causa. En cuanto a la hotelería, una plataforma como AirBnb ha crecido exponencialmente y sacudido a esta industria, al haber crecido a más de 80 millones de usuarios a nivel mundial en menos de una década. Respecto a inteligencia artificial, compañías de seguros y entidades médicas serán más asertivas con sus servicios, lo que redundará en salvar más personas, y hasta aumentar la expectativa de vida. Incluso el sector de los alimentos está siendo sacudido por iniciativas que son discutidas como el del impuesto a la carne, en países como Reino Unido, y el surgimiento de empresas de producción de carne artificial basada en plantas.
Por lo anterior, es necesario que los candidatos presidenciales se interesen en estas materias, expongan sus visiones al respecto y tengan propuestas sobre la forma como las tecnologías pueden ser útiles para que el gobierno sea más eficiente en la formulación e implementación de políticas públicas de temas como la seguridad en las ciudades, eficiencia agrícola y movilidad, entre otros asuntos.
Ojalá el debate presidencial no esté marcado por los lugares comunes, la propuestas carentes de respaldo técnico y, peor aún, el populismo que ronda al país con candidatos más interesados en encender ánimos que en iluminar con ideas serias y sensatas. Qué bueno que la innovación se incluya en la agenda política de los aspirantes y sea un punto de análisis por parte de los votantes. Se hace ineludible que las innovaciones tecnológicas que están sacudiendo al mundo y son empleadas, primordialmente, por el sector privado, también sean usadas en lo público para alcanzar un gobierno más inteligente y efectivo, y de esta manera una sociedad más desarrollada y con mayor bienestar.
Nota: Una muy feliz Navidad para los lectores y el equipo de Portafolio. Que estos días sirvan para perdonar, evaluar y mejorar.
Federico Hoyos Salazar
Representante a la Cámara
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