Las parejas exitosas cultivan varias actitudes que les permiten disfrutar un amor que alegra y perdura: ante todo evaden el perfeccionismo y se aceptan como son, sin que eso implique tolerar maltratos o serios abusos. Las parejas exitosas aprenden a comunicarse bien y alejan de su amor una rutina que carcome la sexualidad y la misma vida. Una de sus virtudes es un respeto genuino que impide controlar al otro, tratarlo mal o manipularlo. En las parejas exitosas hay sinceridad y, por lo mismo, confianza, no dejan que la infidelidad hiera el amor. Las parejas exitosas abren espacios a Dios y al espíritu, saben que sin espiritualidad todo amor se marchita. Las parejas exitosas practican la comprensión y el perdón sincero. No son rumiantes de agravios. Además, hacen acuerdos en tres áreas delicadas: cómo manejar el dinero, cómo educar los hijos y cómo vivir su sexualidad.
Se cuenta que hace muchos años una pareja viajó a India y le pidió a un sabio anciano la fórmula de la felicidad. Este sonrió y les dijo: no hay recetas mágicas ni pócimas para ser feliz, la única salida es amarte y amar de verdad. Luego los llevó a un jardín y les manifestó: amar es una labor de jardinería. Los acercó a donde el jardinero y agregó: observen y aprendan de él a preparar el terreno, abonar, sembrar, regar, cuidar, podar y cultivar con una serena paciencia. La felicidad nunca la hallarán afuera, está en su interior si aman y tienen el corazón en paz. Aprendan también de las plantas que saben adaptarse a las cambiantes circunstancias del clima, al invierno glacial o al verano tórrido. Acepten que el amor tiene sus estaciones y que no siempre es una primavera florida. Finalmente, el sabio anciano agregó: jamás caigan en la trampa de poner la felicidad fuera de sí mismos. Si lo hacen, van a depender del otro y si dependen, los apegos les van a causar sufrimiento a ambos y a los demás.
El terapeuta estadounidense Barton Goldsmith ofrece estas sugerencias a las parejas: 1) ser buenos amigos y amantes: eso requiere valorar siempre lo bueno del otro y regar la planta del amor para que no se marchite. 2) Cultivar el buen humor: es un gran aliado para relativizar los males y afrontar serenos los altibajos del día a día. 3) Alejar la rutina: buscar algo nuevo, soñar, explorar en todo, incluso en lo sexual para huir de una relación predecible. 4) Mejorar la comunicación: saber escuchar, ser receptivos y mirar las propuestas de forma constructiva. 5) Ser positivos: con optimismo todo fluye mejor, hay que mirar la realidad con fe y esperanza. 6) Ser humildes: cuando la sencillez se pierde, el ego hace estragos y hay más competencia que convivencia, y 7) cultivar una actitud comprensiva y compasiva que le hace un conjuro a los juicios y permite perdonar y soltar las cargas del pasado.
El amor tiene una gran incidencia en nuestra felicidad, algo que han comprobado cientos de estudios. Estadísticamente, las personas que mantienen una relación son más felices que los solitarios. La falla es común en los seres humanos, darle prioridad al trabajo, al poder y al tener, no al amor.
Gonzalo Gallo González
Escritor - Conferencista
charleschaplin@oasisgonzalogallo.com