Gracias a la biodiversidad el país, la industria de alimentos ha podido ofrecer una mayor variedad de sabores. Y es que la flora, fauna y clima de Colombia hacen de cada región un lugar excepcional, donde cientos de comunidades trabajan la tierra y producen cultivos de frutas únicas, como el copoazú, el corozo, la gulupa, el camu camu y el arazá.
Estas frutas, poco conocidas para muchos, dan vida a los helados artesanales de Selva Nevada, una empresa que tiene como propósito rescatar los sabores de la biodiversidad colombiana.
Los productos alimenticios de Selva Nevada, entre los cuales se encuentran sus helados artesanales, se caracterizan por ser sanos. “Primero, sanos para el cuerpo, pues tienen propiedades nutricionales de todas estas súper frutas; segundo, sanos para el medio ambiente porque este se reforesta, y tercero, sanos para la sociedad, porque lo que hacemos es trabajar con organizaciones de pequeños productores generando alianzas bajo un nivel de sociedad y de trabajo conjunto, para que sean estables y duraderas en el tiempo”, expresó Alejandro Álvarez, socio fundador de Selva Nevada.
Producciones sostenibles y ambientales
En el municipio de Tarapacá, en el departamento del Amazonas, se encuentra la Asociación de Mujeres Indígenas, la cual cosecha camu camu en canoas cuando el río sube. La cosecha de este fruto silvestre se realiza bajo estrictos planes de manejo que garantizan el aprovechamiento sostenible del bosque natural, mientras que promueven la conservación de la selva amazónica.
En el departamento del Cesar y Sucre, pequeños productores y comunidades indígenas siembran corozo, una fruta propia de la región caribeña de Colombia. Con cada cosecha, esta comunidad obtiene recursos para su sostenimiento mientras conserva amigablemente todos sus terrenos.
Estas y todas las frutas que hacen parte de los helados artesanales de Selva Nevada son cosechadas de manera sostenible por las comunidades, promoviendo la conservación de los bosques y el desarrollo económico local. “Hace unos diez u once años, me logré conseguir un lotecito de tierra, unas dos hectáreas, y planté copoazú. Como a los tres años y medio empezaron a producir estos arbolitos, y ahí fue cuando hice por primera vez contacto con Alejandro Álvarez en Bogotá”, expresó Ferney Vaquero, agricultor aliado de Selva Nevada. Hoy, Ferney maneja alrededor de 12 toneladas de copoazú en cada cosecha.
Aunque las comunidades aliadas de Selva Nevada cultivan frutas que aún son poco valoradas en el país por razones de tipo económico, logístico, de investigación o de transporte, esto nunca ha sido un obstáculo para la empresa; por el contrario, es lo que los motiva a rescatar y promover los sabores propios de Colombia.
Es así como Selva Nevada reconoce la riqueza y el trabajo de estas comunidades para dar lugar a todo un ejemplo de crecimiento empresarial que promueve el uso responsable de los recursos naturales. Por esta razón, el trabajo de Selva Nevada se nutre del valor, el respeto y el aprecio por la diversidad natural y cultural de Colombia.
Este proyecto, que nació hace diez años, trabaja de la mano de diez comunidades del país y beneficia alrededor de 500 familias que se encuentran vinculadas a la cadena de suministro de Sierra Nevada. Por eso, y por demostrar que Xposible tener un negocio que asocia a la comunidad, promueve la conservación de los ecosistemas y da valor a la biodiversidad colombiana, Colsubsidio reconoce el trabajo de esta empresa, conoce mas sobre el proyecto www.xposible.com/empresas-reconocidas/selva-nevada/
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