Aunque esta decisión no fue unánime, la Junta tomó en consideración principalmente los siguientes aspectos.
A pesar de que en julio, la inflación anual al consumidor (4,46 %) aumentó levemente y el promedio de las cuatro medidas de inflación básica (4,29 %) subió por décimo mes consecutivo, las expectativas de inflación de los analistas a uno y dos años continúan en la mitad superior del rango meta.
Gran parte de la aceleración de la inflación en lo corrido del año se explica por la transmisión de la depreciación nominal a los precios al consumidor en los costos de las materias primas importadas. Así como por la menor dinámica en la oferta de alimentos.
Según Banrepública, la convergencia de la inflación a la meta se ha hecho más lenta debido al traslado de la devaluación del peso a los precios al consumidor y la persistencia del fenómeno de ‘El Niño’.
Por su parte, las cifras de actividad económica mundial continúan reflejando una débil dinámica de la demanda externa e inferior a la registrada en 2014.
Particularmente, en Estados Unidos y la zona euro, la economía continúa recuperándose pero a tasas inferiores a las previstas.
Además, China continúa desacelerándose y las principales economías de América Latina registran crecimientos bajos o contracciones del producto.
El riesgo de un mayor decrecimiento económico chino y la sorpresiva devaluación del yuan, generaron volatilidad en los mercados financieros mundiales y en los precios de algunos productos básicos.
Se espera que en lo que resta de este año la Reserva Federal de EE. UU. aumente su tasa de interés.
El precio internacional del petróleo tuvo un descenso significativo y las cotizaciones de varios productos básicos que importa Colombia dejaron de caer.
Si estos niveles en los precios de las exportaciones e importaciones se mantienen, los términos de intercambio y el ingreso nacional caerían más de lo previsto.
Según el comunicado del Banco, este hecho explicaría en gran medida la fuerte devaluación del peso en frente al dólar en comparación con las monedas de otros países.
En Colombia, para el segundo trimestre los indicadores de comercio al por menor, de confianza al consumidor y del comercio, y de expectativas económicas indican que la demanda interna continúa debilitándose.
La industria se contrajo y los indicadores de construcción sugieren una desaceleración en el sector.
Las cifras de julio muestran una caída en la producción de petróleo, mientras que la producción de café aumentó.
Con lo anterior y dada la evolución observada de la demanda externa de bienes y servicios nacionales, el equipo técnico mantuvo la estimación del crecimiento económico para todo 2015 en un rango entre 1,8 % y 3,4 % con 2,8 %, como cifra más probable.