Las elecciones presidenciales, que siempre plantean cierta incertidumbre en los ciudadanos, no le darían un coletazo tan fuerte al consumo de los hogares este año, que podría seguir siendo uno de los salvavidas de la economía nacional.
De hecho, este índice podría duplicarse en todo el 2018, llegando al 3 por ciento o un poco por encima de este dato, mientras que el año pasado apenas alcanzó el 1,7 por ciento. De esta forma, el país estaría más cerca de los niveles registrados entre el 2005 y el 2017, cuando, en promedio, era de 3,9 por ciento.
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CRECIMIENTO POSIBLE
Pero esto no sería gratuito. El alza estaría asociada a tres factores: “un mayor efecto de ingreso, ante un mayor crecimiento económico (2,3 por ciento real en el 2017) y una expansión de las ventas mayoristas hacia el 2,2 por ciento real este año”, señaló el centro de estudios Anif.
Estas últimas estarían impulsadas en buena parte por la dilución del efecto del incremento del IVA, el Mundial de Fútbol y el Salón del Automóvil de finales de año.
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A propósito, Guillermo Botero, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), indicó que la presencia de este evento de carros “es extraordinaria, a tal punto que estamos revisando la posibilidad de que se haga cada año (hoy en día se hace cada dos), la propuesta se está estudiando y dialogando con las personas y gremios que más les impactan”.
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En contraste, indicó que si bien el dato de consumo que más ha crecido ha sido el del Gobierno, que tilda de “derrochón”, señala que otro factor que no se puede dejar por fuera de esta fórmula es la relacionada con las tiendas de hard discount (descuentos duros). “Este renglón está animando mucho las ventas, sobre todo porque el año pasado ya sobrepasaron los 4 billones de pesos y ahora le apuntan a los 5, además que dinamizan los portafolios y la competencia”, agregó el dirigente gremial.
En cualquier caso, hay otros dos puntos –según Anif– con los cuales el consumo de los hogares repuntaría y llevaría al alza el crecimiento del PIB.
Por un lado, está “una disminución en la tasa de interés de usura y del crédito de consumo en 2018 (en línea con la reducción de 350 pbs realizada en la tasa repo por parte del Banco de la República en 2016-2018), que aliviaría el grado de endeudamiento de los hogares; y, en mucha menor medida”.
De hecho, esta es una de las esperanzas del sector comercio para el segundo semestre del año, ya que la reducción de la tasa de interés del Emisor se ha visto poco reflejada en los créditos de consumo.
De otro lado, la recuperación del índice de confianza del consumidor (ICC) volviendo a terreno positivo “lograría compensar el efecto adverso de la incertidumbre electoral del año”, señaló Anif.
Y, es más, este resultado ya está viendo un buen panorama, si se tiene en cuenta que la encuesta de Fedesarrollo de abril reveló que el ICC se volvió a ubicar en número positivos, después de casi dos años y medio (ver recuadro).
CONFIANZA Y ELECCIONES
Luego de que el ICC estuvo en negativo desde el 2015, en abril se volvió al terreno positivo, lo cual “no deja de ser buena noticia, porque muestra que los consumidores ya se sienten más tranquilos”, dijo Guillermo Botero, presidente de Fenalco.
El dirigente gremial también dijo que: “Se sentirán seguros más cuando pasen las elecciones, porque una vez esté definido, le permitirá a la gente ser más asertivos sobre sus inversiones”. Sobre todo, porque el dato de formación bruta de capital (inversiones) cayó en el primer trimestre, en buen parte por esa incertidumbre”.
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