Con la decisión de Fitch Ratings de bajar su perspectiva frente a la calificación de Colombia, el país recibe el segundo llamado de atención sobre el riesgo que corre su perfil crediticio.
Precisamente, la reducción de estable a negativa en la perspectiva de la nota, anunciada el viernes, se sumó a la acción que en el mismo sentido tomó Standard & Poor’s en febrero pasado.
Aunque esto no implica necesariamente una baja que ponga en riesgo el grado de inversión con el que cuenta el país desde 2011, sí se convierte en una advertencia sobre la necesidad de mejorar la posición de la economía en sus cuentas fiscales y externas, con el fin de seguir beneficiándose de buenas condiciones de financiación.
“El perfil crediticio se ha deteriorado en los últimos dos años y evaluaremos como evolucionan las variables externas, macro y fiscales para ver si Colombia se mantiene o si debe ajustarse a una nueva categoría dentro del grado de inversión”, dijo a este diario el director del grupo soberano de Fitch Ratings, Erich Arispe.
El tema es que no solo se ha visto debilidad en ciertos indicadores, sino que el país tiene una posición más desfavorable en comparación con otros que tienen la misma calificación.
LAS LUCES ROJAS
De hecho, Arispe considera que si bien ha habido una buena respuesta ante el choque petrolero, en realidad esta situación agarró a Colombia en una posición más débil que a otros países, particularmente en tres temas.
En primer lugar, está el frente externo, pues el déficit de cuenta corriente es elevado (5,8% del PIB para este año), y si bien se espera una reducción gradual, se mantendrá alto entre 2016 y 2018, explica el analista.
En línea con esto, la caída en la inversión extranjera hacia países emergentes hace que el desequilibrio en las cuentas externas tenga que financiarse con más endeudamiento, con lo cual no solo va a subir el saldo de obligaciones en el exterior, sino que van a pesar mucho más como proporción del PIB.
Para dar una idea, la deuda externa representa actualmente el 37% del PIB colombiano, mientras que la media en países con la misma calificación es del 20%.
Y aunque Fitch considera que el Gobierno ha respondido ante la desaparición de los ingresos petroleros con recortes de gasto, aplazamiento de inversiones y generar otro tipo de entradas, la realidad es que esto no ha sido suficiente para evitar el incremento del déficit fiscal.
Para resolver esta situación, las calificadoras confían en que se apruebe una reforma tributaria este año. De esto depende que Moody’s no le baje la perspectiva a la nota (como ya lo hicieron sus dos colegas) y, más aún, que S&P no le baje la calificación al país.
En el caso de Fitch, el director del grupo soberano señala que en diciembre revisarán qué tipo de reforma se aprobó, si genera los ingresos que se necesitan, y en general si lo que contiene da predecibilidad de que el Gobierno seguirá bajando el déficit a partir del 2017.
Y, en caso de que se aplazara nuevamente la reforma (lo que no es su escenario base, según el analista), en diciembre revisarán “cuál va a ser la respuesta de política para comprometerse a reducir el déficit y hasta cuándo se prolongaría la incertidumbre fiscal”.
Aunque la paz concentrará la atención de la agenda legislativa, el propio presidente Juan Manuel Santos dijo la semana pasada en la instalación de sesiones del Congreso que este semestre presentará la reforma tributaria estructural.
Mientras tanto, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, dijo que “la calificación BBB con perspectiva negativa nos reitera una vez más la importancia de sacar adelante la reforma para volver a las condiciones de normalidad y de perspectiva estable, esto es conveniente para la economía, para el empleo y para la inversión”.
SIGUE EL RIESGO
Aunque los tres puntos que resaltó Fitch en su informe tienen atenuantes, como el hecho de tener una tasa de cambio flexible que ha absorbido los choques, la ampliación y prórroga de la Línea de Crédito Flexible con el Fondo Monetario Internacional, así como la credibilidad y confianza por parte de los inversionistas, los riesgos siguen en el panorama.
Al ser consultado sobre los factores que conducirían a una reducción en la calificación de Colombia, Arispe los resume en tres puntos.
El primero, que el Gobierno no tenga una respuesta adecuada para reducir el déficit fiscal, “pero más que acotar el deterioro, esperamos una estabilización en las finanzas públicas”, dice.
Igualmente, una recaída de los precios del petróleo podría seguir presionando las cuentas externas, con lo cual el déficit de cuenta corriente se mantendría elevado y, por ende, el endeudamiento.
El otro factor de riesgo, pero más remoto, es que se deteriore la credibilidad y consistencia en el marco de políticas.
luicon@eltiempo.com
Economía
24 jul 2016 - 8:50 p. m.
Colombia recibe segunda advertencia sobre su calificación
Con la baja de la perspectiva de Fitch, se prenden de nuevo las alarmas sobre tres fuentes de vulnerabilidad.
POR:
Portafolio
-
guardar
save_article.message.success_title save_article.message.successsave_article.message.success_updated_title save_article.message.success_updatedHa ocurrido un error al intentar guardar este artículo
- Reportar error
- Seguir economía
Lo más leído
3
3901
Industrias
Téngalo en cuenta: estas son las rutas aéreas en las que más turbulencias se registran
Destacados
Más Portales