Los 18.000 habitantes del municipio de Trujillo, en el suroeste de Colombia y tradicionalmente cafetero, empiezan a recoger su primera "cosecha" de la paz a partir del programa de restitución de tierras usurpadas durante el conflicto que promueve el Gobierno.
Según las autoridades, entre 1986 y 1994 grupos paramilitares de extrema derecha asesinaron a 245 habitantes de esa localidad ubicada en el departamento del Valle del Cauca, una región agroindustrial del suroeste del país. "Los municipios de Trujillo y Riofrío sufrieron las secuelas de la ola paramilitar con Los Machos y Rastrojos, bandas aliadas narcotraficantes que ejercían el control de los cultivos de coca de la zona", manifestó a Efe el comandante del Batallón Palacé, teniente coronel, William Fernando Caicedo.
Uno de los testigos de la tragedia allí vivida es Guillermo de Santa, un caficultor de 70 años, quien aún recuerda que los cadáveres flotaban en el río Cauca, el segundo en importancia de Colombia, y que bordea esta zona cafetera. "Llevo toda la vida huyendo de la guerra. Yo me conozco todo el monte.
En el año 51, desde que tenía siete años, durante algunas noches mi casa fue la selva", relató el hombre al referirse a lo que sufrió durante la época de la violencia partidista de mediados del siglo pasado.
Entre las décadas de los 40 y 50 en Colombia se desató una lucha entre grupos políticos tradicionales de corriente liberal y conservadora que se disputaban el control del país y en cuyo proceso se cometieron un sinnúmero de asesinatos selectivos y desapariciones forzadas. En 1991, a los 45 años, volvió la pesadilla para el campesino.
"Salí al monte por segunda vez a esconderme, en esta oportunidad de los grupos paramilitares que entraban de noche a la finca a robar las semillas de café", agregó De Santa.
Para no morir, se marchó desplazado de su tierra durante nueve meses. Primero huyó al monte y luego a la ciudad a buscarse la vida porque "no soportaba cuando los paramilitares llegaban a la finca, vestidos de negro", y quitaban la luz para perseguirlo. Por fortuna para Guillermo de Santa, hoy ya se evidencia el cambio.
Ahora, en el caserío La Sonora, a diez minutos de Trujillo, un pueblo de montañas y clima templado, ha vuelto a cultivar café. "El Gobierno me acompañó durante el retorno a mi tierra y me dio maquinaria para secar el café", aseguró De Santa, quien forma parte de los 2.000 campesinos beneficiados por el Estado con proyectos productivos.
Los cultivadores, precisó el director de la Unidad de Restitución de Tierras, Ricardo Sabogal, "lo que conocían era a los paramilitares cuando llegaron a sacarlos de sus propiedades pero hoy el Gobierno está llegando a esta zona para ayudarlos a que vuelvan a sembrar".
En 2011 se puso en marcha por parte del Gobierno del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, el programa de Restitución de Tierras que brinda la posibilidad a las víctimas de regresar a sus parcelas.
Actualmente, el mismo Gobierno tiene en marcha un proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Cuba, la guerrilla más antigua de América, que llena de optimismo al campesinado nacional.
Entre los eufóricos está Guillermo De Santa quien expresó su creencia en dicho proceso "con tal que me dejen vivir mis últimos años en paz".
Economía
06 ago 2016 - 10:54 a. m.
Cosecha cafetera de la paz da sus primeros frutos
18.000 habitantes del municipio de Trujillo, Valle del Cauca, empiezan a recoger su primera "cosecha" del programa de restitución de tierras.
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efe
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