En la medida en que el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) gana terreno en el sector privado, el financiamiento de proyectos sociales y ambientales también se hace más visible ante los inversionistas.
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“Hemos visto una tendencia internacional por la inversión sostenible y de impacto, que busca retornos sociales y medioambientales más allá de los retornos financieros”, explica Gema Sacristán, directora de Negocios de BID Invest, brazo del Banco Interamericano de Desarrollo para atender al sector privado.
Esta entidad ha trabajado en la creación de productos de mercado de capitales que unan oferta y demanda de recursos para iniciativas de desarrollo en la región, como es el caso de los bonos verdes, sociales o sostenibles (mezcla de los dos anteriores). Hasta ahora, ha estructurado seis bonos temáticos y tiene otros ocho en camino, pero aparte de suscribir los títulos y dar garantías parciales para incentivar la demanda entra los inversionistas, provee además asistencia técnica para los emisores y los proyectos a financiar.
Colombia no ha sido ajena a esta tendencia, y junto a México y Brasil, ha liderado la colocación de bonos verdes (orientados a financiar iniciativas con impacto ambiental certificado); y ahora incursiona en los bonos sostenibles.
Primero fue Findeter, que en junio colocó 400.000 millones de pesos en estos títulos para fondear proyectos en las regiones. Y el viernes, Bancolombia hizo una emisión de bonos sostenibles por 657.000 millones de pesos, adquirida en su totalidad por BID Invest, con un plazo de cinco años.
Esos recursos se destinarán a 26 proyectos ya identificados, entre los que hay iniciativas de construcción sostenible, eficiencia energética, producción más limpia, infraestructura básica, social y vivienda de interés social, en ocho departamentos del país.
“Con esto, gana el cliente con tasas de interés más competitivas, gana el país porque entidades como el BID y la IFC ponen sus ojos en Colombia al ver que se están gestando proyectos sostenibles, y posteriormente llamaremos la atención de inversionistas internacionales que compran bonos verdes, lo que ha empezado a ser una exigencia de muchos fondos a nivel mundial”, señaló José Humberto Acosta, vicepresidente Financiero del Grupo Bancolombia.
Hasta ahora, la entidad financiera ha desembolsado 3 billones de pesos en iniciativas con impacto social y ambiental, y la idea es seguir haciéndolo.
Según el directivo, este es un nicho que ha encontrado la entidad, más aún porque figura como el banco más sostenible del mundo en el Índice de Sostenibilidad Dow Jones.
Actualmente cuentan con un flujo de dos billones de pesos para desarrollar en los próximos meses, y para ello seguirán buscando financiamiento estructurado en el mercado local e internacional.
De hecho, los bonos sostenibles de la semana pasada se sumaron a dos colocaciones de títulos verdes hechas previamente por la entidad, de manera que en este tipo de instrumentos Bancolombia ha emitido 1,3 billones de pesos.
Para Gema Sacristán, “en el mundo se han desarrollado más los bonos verdes, pero en el impulso para cumplir con los ODS, creo que América Latina va a haber más bonos sostenibles”.
Sin embargo, esta no es la única alternativa en desarrollo. La experta de BID Invest señaló que otra tendencia que está empezando a verse en la región son los préstamos bancarios con costos que están atados a los objetivos de sostenibilidad.
“Esto ayudaría a consolidar un mercado con inversionistas dispuestos a obtener menos rentabilidad financiera porque consiguen mayor retorno social o medioambiental. Va a ser liderado por el inversionista institucional que no solo va a incorporar el riesgo crediticio, sino que incluye esos riesgos medioambientales y sociales”, puntualizó .
Luisa Gómez Rodríguez
Subeditora de Portafolio