Las "conmociones" en lo que respecta al petróleo y la incertidumbre y confusión alrededor del futuro en los mercados mundiales marcarán la trayectoria económica del país durante los próximos meses.
“El riesgo para el crecimiento ha aumentado, y eso también dice algo sobre las estimaciones de inflación”, agregó la codirectora del Banco de la República, Ana Fernanda Maiguashca.
El Emisor mantuvo la tasa en 4,5 por ciento por duodécimo mes consecutivo, dado que las peores perspectivas de crecimiento impidieron que se tomaran medidas para reducir una inflación que supera el objetivo.
El peso se depreció hasta un nuevo nivel récord en un contexto marcado por la devaluación del yuan chino, que hizo temer un deterioro en el crecimiento de la segunda mayor economía del mundo.
Lo anterior derivó en una liquidación de activos de los mercados emergentes que causó niveles enormes de volatilidad.
El aumento de los precios de las importaciones, producto del alza en la tasa de cambio, es “una situación extraordinaria”, y los precios comenzarán a desacelerarse el año próximo, dijo Maiguashca.
La inflación se aceleró a 4,46 por ciento en julio, por encima de la banda objetivo de entre 2 a 4 por ciento por sexto mes.
La inflación de productos transables se aceleró a 4,69 por ciento, el ritmo más rápido desde 2004.
Estos productos pueden exportarse o sustituirse mediante importaciones y son más sensibles a los movimientos cambiarios.
Es probable que la inflación anual cierre este año por encima de la banda objetivo del Banrepública de entre 2 y 4 por ciento, dijo Maiguashca.
HERRAMIENTAS CAMBIARIAS
El peso se ha debilitado 25 por ciento este año, lo cual lo convierte en la moneda de peor desempeño entre las grandes monedas de mercados emergentes que sigue Bloomberg, en momentos en que caen los precios del petróleo, el carbón y el café.
Las autoridades locales no han discutido medidas para reducir la volatilidad cambiaria ni frenar la declinación del peso, pero cuentan con una serie de herramientas que pueden usar en caso de ser necesario.
“No creo que pueda irse contra los elementos fundamentales con facilidad, pero en este tipo de situación es difícil determinar qué es fundamental y qué es nerviosismo”, comentó Maiguashca.
“El mercado podría reaccionar en algún momento de forma exagerada o con respuestas que no necesariamente se explicarían por elementos fundamentales, y eso es algo que sin duda tenemos que entender y sobre lo cual actuar si es necesario”.
El Emisor ha usado varias herramientas en el pasado para intervenir en los mercados cambiarios y podría considerarlas todas si hubiera necesidad de ello.
“Una caída del peso probablemente no desencadenaría una respuesta en cuanto a políticas, ya que las autoridades tendrían que ponderar si es necesario un ajuste y si la intervención podría ser efectiva”, explicó la codirectora.
Con información de Bloomberg