El arranque del 2018 para las exportaciones agrícolas del país resultaba prometedor, por lo que en enero las ventas externas crecieron cerca de un 30%. Sin embargo, febrero registró un alza de 9%, mientras que marzo tuvo un resultado negativo (-19,3%).
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En el acumulado a marzo se evidenció que las exportaciones alcanzaron US$1.935 millones FOB, con un aumento de 2,3%, comparado al primer trimestre del año anterior, cuando llegaron a US$1.891 millones. Esto consolidó al grupo de productos agropecuarios, alimentos y bebidas como el segundo de mayor peso en las ventas externas, por detrás de las de combustibles y levemente superior a las de manufacturas.
Por otro lado, se destaca la caída en ventas externas de café, que pasaron de US$726 millones en el primer trimestre del 2017 a US$626 millones en el mismo lapso del 2018.
El banano tuvo una disminución de 14,7%, al caer aproximadamente US$40 millones, si se comparan los tres primeros del 2017 y del 2018.
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No obstante, el panorama no es del todo desalentador, por lo que una industria como la de las flores continúa con cifras positivas: en el primer trimestre del año sus ventas al exterior tuvieron un alza de 4,2%, con un registro de US$386 millones.
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Precisamente, sobre el aumento general de las ventas externas agropecuarias, el Dane explicó que se debió principalmente al incremento en las exportaciones de aceite de palma y sus fracciones (59%); estas llegaron a US$116 millones.
Por otro lado, algunos de los productos que mayor ‘jugo’ le sacaron al primer trimestre del año, en cuanto a las exportaciones, fueron el azúcar de remolacha o de caña y el ganado bovino vivo, con incrementos de 80,1% y 128,5%, respectivamente.
El presidente de Analdex, Javier Díaz, aseveró que “el sector agrícola es el que tiene mayores chances de responder a una nueva situación de una economía que necesita diversificarse y no depender de lo minero energético. Desde el año pasado, este grupo ha tenido un buen comportamiento”.
No obstante, el directivo gremial planteó que hay algunos ‘vientos’ en contra que podrían debilitar el crecimiento de las ventas internacionales de los productos agrícolas. “El aumento del barril del petróleo, acompañado de la revaluación del peso, son algunos argumentos que puede hacer que esa tendencia positiva se frustre. Esto porque la tasa de cambio impacta en la rentabilidad de las exportaciones”.
Aclaró que es diferente la situación para las manufacturas nacionales, ya que estas podrían compensar esos efectos con el tema de los insumos.
En cuanto a los nuevos productos agrícolas que podrían jalonar las exportaciones en los próximos meses, Díaz recalcó el futuro promisorio del aguacate, la uchuva, la gulupa, al igual que los cítricos, una vez que estos obtengan la admisibilidad fitosanitaria en Estados Unidos.
Uno de los puntos que podrían ir en contravía del surgimiento de estos productos podría ser la precariedad de las vías terciarias, según Díaz, por la necesidad de tener que hacer largos viajes desde las fincas a los principales puertos.
Esto va en línea con Anif, que reitera periódicamente la necesidad que tiene el país de avanzar en materia de reformas estructurales, que permitan reducir el denominado Costo Colombia (sobrecostos de transporte-logísticos, laborales y energéticos) que minimizan las ganancias en competitividad y nos sigue dejando en desventaja frente a nuestros pares regionales.
Por último, Analdex realizó recientemente un análisis sobre la competitividad del sector lechero nacional en los mercados internacionales, donde destaca que, si bien las ventas externas no son muy amplias –debido al precio de compra que es muy alto frente al foráneo–, se deben generar incentivos correctos para promover la exportación, como la Resolución 83 para las Zomac.