Durante esta semana en los corrillos de oficina no se hablará de otra cosa, reinará el optimismo. Ya casi estamos en el mundial. Pinto será reconocido como el mejor técnico del planeta y las posibilidades presidenciales del doctor Serpa ascenderán geométricamente en la medida en que fue apoyado para la Gobernación de Santander por el eximio entrenador. Que tiemble Uribe. Felicitaciones a los muchachos, como dirían los locutores de radio entonando el himno nacional. Estamos ad portas del mundial. El sábado pasado también le ganamos a Venezuela en fútbol. No me preocupa que este hecho cambie el humor del presidente Chávez. Él es fundamentalmente jugador e hincha del béisbol, deporte que por razones de seguridad solo practica en la Habana. En eso sí hay que tener cuidado, con no ganarle a riesgo de que se enemiste con nuestro Gobierno antes del 31 de diciembre, fecha límite impuesta para poder continuar sus gestiones sobre el intercambio humanitario. Desafortunadamente, desde Francia las noticias no son las mejores. No hay todavía pruebas de supervivencia de los secuestrados por la guerrilla y el presidente de Venezuela se dirige a Uribe-Uribe pidiéndole la autorización para reunirse con Marulanda-Marulanda. Piensa y lo dice, que con un encuentro face to face recibirá los primeros secuestrados. Después vendrán los demás y el presidente Uribe-Uribe se reunirá con Marulanda-Marulanda y se desencadenará irreversiblemente un proceso de paz. Como en toda negociación, crecen las condiciones y se tensa la piola. Como hoy estoy pleno de optimismo y patriotismo, estoy a punto de creer que será posible. La verdad, espero que Marulanda-Marulanda y Uribe-Uribe hayan visto el partido de fútbol y se contagien del pan y del circo. En lo personal, me bastaría con ver este año el abrazo de las familias con los plagiados, aunque siga sin entender cómo un acuerdo humanitario puede convertirse en algo tan complejo y tan mediático. Ojalá evolucione realmente hacia el inicio de una negociación de paz. Sin embargo, Sarkozy, el presidente de Francia, como buen cartesiano, sabrá que hay que dudar de todo. Yo también. La semana entrante, con un guayabo terciario a cuestas, podremos comentar de cine, de fotos y de videos, del salario mínimo, del levantamiento de la seguridad del Magistrado que dirige las investigaciones sobre los paramilitares, de la bella infiltrada en el Ejército. Francia, otra vez está de moda: hasta Mata Hari tenemos. Por ahora, déjenme ustedes disfrutar del triunfo de Colombia. Allons enfants de la patrie, le jour de gloire est arrivé. Profesor, Universidad Nacional Sarkozy, como buen cartesiano, sabrá que hay que dudar de todo.
Finanzas
22 nov 2007 - 5:00 a. m.
Todo bien, todo bien
Qué lío. Me quedé dormido mientras jugaban Colombia y Argentina. Alcancé a darme cuenta de la expulsión de Tévez, aunque nunca se vio en televisión el cuerpo del delito. Posteriormente, entre gallos y medianoche, ante las expresiones alteradas de mi hija me enteré de que un niño genio nos había hecho el primer gol. Ahora, cuando escribo este artículo, leo EL TIEMPO y me percato de que ganamos por dos goles a uno y que nuestros jugadores pasaron al Olimpo con los dioses paganos y son sus consentidos.
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