El maíz es uno de los alimentos esenciales de ese país, y los agroindustriales argumentaron la modernización del campo y el aumento de su productividad y competitividad.
En un mensaje pagado, publicado en la prensa nacional, las industrias y los mayoristas de la venta de alimentos apoyaron la expedición de los permisos de liberación experimental al ambiente de maíz genéticamente modificado. En total fueron doce organizaciones las que respaldan la siembra experimental de la semilla transgénica.
"Resulta imprescindible que los productores del sector tengan acceso a las mejores alternativas tecnológicas disponibles", indicó el mensaje, que resalta la moratoria de once años que hubo antes de dar luz verde a este proceso.
Los firmantes destacaron también que más de 13 millones de agricultores, en 25 países del mundo, se benefician con el uso de estas tecnologías. Las siembras experimentales -aseguraron- permitirán evaluar científicamente la viabilidad de sembrar este cultivo comercialmente en México y creará mejores condiciones de vida para los agricultores.
En octubre pasado, el Gobierno mexicano otorgó quince permisos, de un total de 35 solicitudes recibidas, para la realización de siembras experimentales de maíz; nueve fueron para Monsanto y los otros seis para Dow AgroScience/ PHI México.
El ministro del Medio Ambiente, Juan Rafael Elvira Quesada, señaló entonces que el Gobierno Federal trabajaba en este tema sin dejarse influir por ningún tipo de presión, sino en apego a los tiempos que marca la ley.