Pese a que el Gobierno ha venido adaptando estrategias como la aplicación de la Regla Fiscal y el otorgamiento de incentivos a otros sectores de la economía para tratar de frenar el impacto que trajo el desplome del precio del petróleo a las finanzas de la Nación, los ajustes aún no terminan. Por ello, el Ejecutivo deberá continuar procurando una reducción del déficit fiscal en los próximos años.
Y es que según el ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, el Gobierno ya ha hecho dos terceras partes del ajuste en las cuentas de la Nación. Ahora, la porción pendiente del apretón fiscal tendrá lugar durante los años 2017 y 2018.
Esto, según las proyecciones que expuso Cárdenas ante el Consejo de Ministros y el presidente Juan Manuel Santos, significa que en el 2017 el ajuste equivaldrá a 0,5 por ciento del Producto Interno Bruto (esto representa $4 billones). En el 2018, será de 0,5 por ciento del PIB (poco más de $4 billones).
De acuerdo con Cárdenas, las cuentas para el 2016 están claras ya que se calcula un déficit total del orden del 3,6 por ciento del PIB para el Gobierno Nacional Central (GNC) y un faltante estructural del 2,1 por ciento del PIB.
Entretanto, para el año que viene está previsto que los ingresos petroleros (impuestos a compañías del sector y dividendos de Ecopetrol) caigan a 0,3 por ciento del PIB –en el 2013 eran de 3,3 por ciento–. Esta reducción se traduce en una descolgada de $20,3 billones en los ingresos.
Asimismo, con el objetivo de cumplir con los parámetros de la Regla Fiscal en el 2016, el Gobierno va a incorporar una apropiación de $1 billón con el propósito de garantizar “el resultado fiscal”.
En línea con lo anterior, el presidente Juan Manuel Santos manifestó que ya se están haciendo los cambios y las coordinaciones necesarias para el ajuste. Parte de esa estrategia, explicó, consiste en aumentar los ingresos no petroleros, en disminuir los petroleros, reducir el gasto y aumentar el déficit en lo que lo permite la Regla Fiscal.
Ese incremento en el déficit total (el cual se verá en el 2016), de acuerdo con lo previsto por el Ejecutivo, será de carácter transitorio, lo cual dejará espacio para que el ajuste en las finanzas del Estado continúe haciéndose en los próximos años.
En lo correspondiente al 2017 y al 2018, el Gobierno contempla salir a conseguir recursos que pueden derivarse de dos opciones: menores gastos o más ingresos. Para el 2017, se espera que el déficit total del Gobierno Nacional Central baje a 3,1 por ciento del PIB y en el año siguiente, a 2,7 por ciento. Asimismo, la cifra proyectada para el 2019 es del 2 por ciento del PIB.
Según un documento del Ministerio de Hacienda, el tamaño del choque que recibió la economía es el equivalente al 3,6 por ciento del PIB. Asimismo, está planeado que la respuesta a ese impacto se dé así: 1,3 por ciento del PIB corresponderá a mayor déficit fiscal; 1,2 por ciento del PIB, a menores gastos de funcionamiento por parte del Estado, y 1,1 por ciento del PIB, se deriva de mayores ingresos que no sean petroleros.
Y en línea con los ajustes fiscales y el mensaje de austeridad que ha manifestado el Gobierno, explicó el Ministro, el Presupuesto General de la Nación para el 2016 (como porcentaje del PIB) bajará de 20,2 por ciento 19,5 por ciento (en esta última cifra se incorpora una provisión de 0,3 por ciento).
LOS INGRESOS DEL GOBIERNO PARA EL PRÓXIMO AÑO
Para el 2016, según el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, está proyectado que los ingresos tributarios no petroleros representen un 14,1 por ciento del PIB (para el 2015 ese monto fue de 3,6 por ciento del PIB).
Asimismo, se estima que el próximo año el total de ingresos represente un 14,9 por ciento del PIB. Por otro lado, se prevé que los gastos totales del Gobierno Nacional Central serán de 18,5 por ciento del PIB (tan solo en funcionamiento se irá un 13,5 por ciento del PIB).
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