"Eso se debe a que al interior de la empresa hay una obsesión por la innovación, una obsesión que sin embargo nos sirve con el fin de poder sorprender a nuestros consumidores", explica el ejecutivo.
"Pero no sólo en productos, sino en marketing, operación, comunicación, finanzas, comercialización, internacionalización y una gestión corporativa que garantiza el crecimiento", añade Jaramillo.
Pero también, la firma desarrolla su trabajo con sentido ético. "En Alpina estamos comprometidos con alimentar saludablemente. Creemos con firmeza que la vida genera vida", afirma.
Además, esta admiración se debe también a que, en cada una de sus 11 plantas en el país, Alpina realiza trabajos de apoyo a las comunidades aledañas.
El tema de la Responsabilidad Social Empresarial también tiene mucho que ver en esta admiración del público. La empresa está, por ejemplo, adherida al Pacto Global, y tiene una fundación que se encarga de desarrollar sistemas de nutrición en sus productos.
Mantiene una filosofía de ayuda para que sus empleados adquieran vivienda, apoya el bilingüismo de los trabajadores y hace donaciones a las comunidades de las regiones donde opera, por ejemplo con escuelas de preescolar.
Finalmente, la admiración se debe también a que prácticamente firmó un compromiso ambiental mediante el cual se promueve el bajo consumo de energía y agua, y baja emisión de gases. Y lo mejor: todos sus empaques son biodegradables.