El crecimiento de la economía global es más homogéneo ahora, lo cual le da más solidez para enfrentar cualquier situación negativa.
Pero en ese escenario, América Latina se rezagó, al punto que en este momento no existen elementos que jalonen la expansión económica lo suficiente para recuperar los niveles de crecimiento que traía antes de la crisis.
Así lo considera Jorge Sicilia, el economista jefe del Grupo BBVA, al señalar que buena parte de la tarea sigue siendo mejorar la productividad y pensar a largo plazo, particularmente en temas como educación y justicia. El experto, quien participó en uno de los páneles del Simposio del Mercado de Capitales, habló con Portafolio.
¿Cómo percibe a la economía global?
La evolución es positiva, en el sentido en que después de la crisis financiera no se había podido recuperar el nivel de crecimiento previo, pero más recientemente la economía se está expandiendo al 1% trimestralmente. Pero más importante es que en los últimos trimestres se ve una mayor sincronía en el crecimiento y se percibe en más sitios, es decir que no es algo que se concentra solo en Asia, sino que también se ve en los países desarrollados y en algunos emergentes que estuvieron en recesión y que ya están dando señales de pasar a terreno positivo. Eso se traduce en que el crecimiento es más sólido, pues si está repartido entre más países, el mundo se hace menos sensible a los choques.
¿Qué amenazas ve?
Pese a que tenemos una recuperación razonable después de la debilidad tras la crisis del 2008, hay unos fenómenos para tener en cuenta. Por un lado, gran parte del crecimiento impulsado por China ha venido acompañado de un aumento en los niveles de deuda, si bien otros países han reducido su endeudamiento, sigue alto y lo que preocupa es que en algún momento van a tener que crecer sin acumular deuda, aunque esto no quiere decir que va a haber un ajuste. El otro tema es el cambio en la política monetaria de los mayores bancos centrales en el mundo, que podrá afectar a las regiones que han sido receptoras de flujos de inversión.
¿El impacto de ese ajuste de los bancos centrales seguirá siendo tan fuerte como hasta ahora?
A pesar de que la expansión se ha dado en Estados Unidos, Europa y Japón por mencionar algunos, lo que más impacta en los mercados emergentes, en particular en América Latina, es lo que haga la Reserva Federal de EE. UU. En la medida en que los estímulos se vayan retirando, va a cambiar la percepción de riesgo-rentabilidad relativa, de manera que la inversión en EE. UU. va a ser marginalmente más atractiva que antes y eso va a afectar a otros países. Habrá que estar pendientes de cómo el proceso afecta la volatilidad y a algunas variables financieras, pero la Fed lo va a hacer con mucho cuidado. De todas maneras, Colombia ha demostrado que se acomoda a los choques, ha tenido fuertes devaluaciones de la divisa y eso es un ajuste natural con el que ha demostrado que puede vivir.
¿Qué puede pasar con el dólar?
Ha tenido una racha de cierta debilidad, pero eso se ha corregido, para los próximos meses hay varios elementos y una incertidumbre a tener en cuenta. Uno, es el ritmo de subidas de la Fed y la posibilidad que los inversores le den a una reforma fiscal. Si se logra convencer a los mercados de que la Fed seguirá subiendo tasas y que viene la reforma fiscal, el dólar se apreciará. La gran incertidumbre es el tema geopolítico, pues estos eventos son de muy difícil predicción y por tanto es difícil actuar sobre ellos. Eso hace además que la cotización de las variables financieras no refleje todos los riesgos que vienen, ahora estamos anestesiados con los temas de política monetaria, pero cuando se produzca un evento de esos que altere el equilibrio, seguramente se verá mucha más volatilidad.
¿Cómo analiza a Latinoamérica?
Hemos tenido un periodo de desaceleración, pero parece que el próximo año retomarán el vuelo, han doblegado las presiones de inflación y en general las políticas económicas han sido prudentes y el mercado lo ha reconocido. Vemos también un sector externo que está levantando cabeza, en Colombia se ha visto una depreciación fuerte y las exportaciones han tardado en recuperarse, pero ya está pasando y ojalá continúe Hay varios riesgos, como la temporada electoral, los episodios de corrupción, y lo que más nos preocupa es que no vemos señales de que se recupere la productividad y tampoco no vemos un jalonador fuerte de crecimiento en los próximos años, aunque a corto plazo haya temas de infraestructura.
¿Qué se debe hacer para que la región recupere los niveles de crecimiento precrisis?
Recuperar las tasas de crecimiento va a ser muy complicado porque la combinación de los precios de las materias primas y el crecimiento de China eran vientos de cola fenomenales. Salvo que eso llegara a ocurrir –porque todo puede pasar– hay que pensar que no van a alcanzar esos ritmos de crecimiento como antes, porque la expansión no se va a dar por acumulación de capital. Se necesita un ‘boom’ de productividad, también pasa en otros países, pero Latinoamérica ya va con retraso en ese frente. Igualmente, hay que pensar a largo plazo, y eso tiene que ver con destrabar unas cosas y mejorar otras, como la educación, la justicia, el entorno institucional y demás cuestiones que explican por qué hay más inversión en unos sitios que otros.
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