Sin embargo, esa moñona final de TLC (con la UE y con Panamá) no está asegurada, pues entre el empresariado colombiano existe preocupación por la Zona Libre de Colón del istmo que da lugar a altos volúmenes de contrabando hacia Colombia y que podrían 'legitimarse' con el acuerdo comercial en ciernes.
Para Santiago Pardo, por el contrario, el TLC es la mejor oportunidad de solucionar ese comercio irregular mediante claras normas de origen para que ningún producto no fabricado en el vecino país ingrese a Colombia con preferencias arancelarias.
Pardo comentó que existe la voluntad política de los dos presidentes, y así lo manifestaron el miércoles en Cartagena, de avanzar y obtener un buen acuerdo, ojalá antes de agosto.