Los buques cargueros que transportan bienes en las aguas infestadas de piratas de la costa de Somalia encaran un nuevo e inusual cargamento: guardias armados.
Las empresas de carga de la era moderna se han resistido a portar armas incluso en zonas en las que los ataques son comunes. Su razonamiento ha sido que un enfrentamiento armado que conllevara demandas, bienes dañados o el hundimiento de un navío podría costar cientos de millones de dólares, una suma que superaría con creces los pocos millones de dólares que suelen pedir los piratas.
Pero algunas navieras y barcos de pesca están abandonando la antigua tradición de navegar desarmados en medio de una escalada de la violencia en alta mar. Y los piratas, que solían optar por armas pequeñas, ahora utilizan armas pesadas como lanzagranadas, señalan las firmas de envíos y de seguridad.
Además, apuntan, recientes conflictos armados han tenido cierto éxito en repeler a los piratas.
Sin embargo, la mayor parte de la comunidad marítima intencional se resiste a usar fuerza letal en los navíos porque "supone increíbles retos logísticos y potencialmente infringe muchas leyes nacionales e internacionales y es contraria a las convenciones marítimas", explica James Christodoulou, presidente ejecutivo de Industrial Shipping Enterprises Corp. Uno de los barcos de Christodoulou, el MC Biscaglia, fue secuestrado en noviembre de 2008, y luego liberado tras el cobro de un rescate de más de US$1 millón, dos meses después. A pesar de ser una víctima, todavía se opone a las armas. Estas podrían, dice, poner en peligro a la tripulación en cautividad y "convertir el Océano Índico y el Golfo de Adén en un campo tiro".
Aunque ningún marino mercante ha muerto a manos de los piratas, los conflictos van en aumento. Según la Oficina Marítima Internacional (IMB, por sus siglas en inglés), un grupo del sector con sede en Londres, hubo 324 intentos de abordaje por parte de piratas en los primeros 10 meses de 2009 en todo el mundo, comparados con 194 en el mismo período de 2008. La mitad de los ataques ocurrió en el Golfo de Adén, frente a la costa somalí.
De esos, hubo 47 secuestros exitosos en la región en 2009, comparados con 42 en 2008, según la IMB. El alza, auque pequeño, fue sorprendente, porque una caída del comercio ha reducido el número de barcos en el área, y porque hay una armada militar de 15 barcos, coordinada por la OTAN y la Unión Europea debía atacar el problema. Sin embargo, al parecer los piratas no dan tregua. El día de Año Nuevo, el buque Asian Glory, con bandera del Reino Unido que trasporta autos, fue secuestrado en el Océano Índico. Dos días antes, el M/V Pramoni, un transportador de químicos de Singapur, fue retenido en el Golfo de Adén. Eso ocurrió luego de dos secuestros después de Navidad, lo que lleva a un total de 14 barcos retenidos. La piratería y las armas para combatirla datan de los inicios del comercio marítimo. En el siglo XVI, los barcos mercantes "eran prácticamente barcos de guerra", cuenta Brian Lavery, autor de libros sobre historia marítima. En el siglo XIX, el fin de los monopolios dio paso a la competencia y un nuevo énfasis en la velocidad. La práctica de portar armas en los barcos cayó en desuso y reemergía sólo en tiempos de guerra.
Alguno que otro carguero puede tener un baúl secreto con armas y los que transportan deshechos nucleares están equipados siempre con guardias armados, dicen los expertos. Pero los "barcos mercantes no quieren peleas", dice Lavery. "Ahora, su trabajo es trasportar mercancía del punto A al B lo más rápido posible".
Hoy en día, la mayoría de barcos rápidos, que pueden navegar a 25 nudos (46,3 k/h), puede escapar de los piratas. Pero muchos barcos petroleros y cargueros navegan a 12 nudos y no son lo suficientemente rápidos. Cálculos de riesgo recientes por parte de compañías de seguros han concluido que "algunas veces la única manera de mantener a salvo un barco es tener un guardia armado", dice Peter Hinchcliffe, de la Cámara Naviera Internacional, otro grupo londinense del sector.
Las compañías de seguridad reportan un aumento de pedidos de personal armado, normalmente soldados retirados mayores de 30 años. Tras ser secuestrado en abril y liberado por infantes de Marina de Estados Unidos, el Maersk Alabama contrató a un equipo de seguridad privado, que repelió con éxito un ataque frente a la costa somalí el 30 de noviembre. Nadie resultó herido.
Un número creciente de gobiernos bajo cuyas banderas navegan los barcos ahora apoya armar las naves. Las aseguradoras concuerdan y algunas ya han empezado a ofrecer descuentos a barcos con guardias de seguridad.
Un equipo de guardias armados puede costar de US$25.000 a US$100.000. Las firmas de seguridad dicen que están desarrollando alternativas a las armas, como electrizar las barandas de los barcos, untar la cubierta con aceite resbaladizo y aparatos acústicos de largo alcance que emiten sonidos ensordecedores.
Finanzas
08 ene 2010 - 5:00 a. m.
Ante el asedio de los piratas, algunos barcos optan por volver a las armas
Ante el asedio de los piratas, algunos barcos optan por volver a las armas
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