La ola invernal le pasará una costosa factura de cobro a la industria aseguradora del país por cuenta de los daños que ha causado y continuará ocasionando, por lo menos, hasta marzo del 2012.
Sólo en los primeros seis meses del 2011 las pérdidas para las compañías se calculan en unos 500.000 millones de pesos, una cifra similar a la pagada en el 2010 por los desastres provocados por las fuertes lluvias.
Los aseguradores están preocupados porque, a diferencia del año pasado cuando el invierno causó graves siniestros a grandes estructuras que de alguna manera tocaron el mercado del reaseguro, este año se han presentado una gran cantidad de siniestros medianos y pequeños que afectan de forma directa a las compañías en el país.
Así lo percibe el presidente de Liberty Seguros, Mauricio García, quien considera que no será fácil que esta industria crezca bien este año, más cuando se tuvo un primer semestre con una dinámica del 16 por ciento, en tanto en este segundo periodo se viene cayendo.
¿Cómo les ha ido con esta ola invernal?
Liberty como jugador de tamaño grande dentro de la industria seguradora se comporta igual. Desde el punto de vista de la ola invernal, hemos tenido bastantes siniestros desde cuando comenzó el invierno fuerte en el segundo semestre del 2010. Hemos tenido reclamos del orden de los 20.000 millones de pesos.
Y a la industria en general…
Lo que les entendí a los análisis de Fasecolda es que la industria ha perdido más de 500.000 millones, sólo con el año pasado.
A junio vamos por la misma cifra con una diferencia grande, que la ola invernal del último semestre de 2010 tuvo siniestros puntuales grandes que tocaron el mercado del reaseguro, mientras que en la de este año hay una gran cantidad de siniestros medianos y pequeños que tocan el bolsillo de las compañías de seguros.
Con todo lo que está pasando, la gente sigue sin valorar la importancia del seguro.
La cultura del seguro en Colombia es muy pobre. En general, la gente piensa que el seguro es un elemento muy costoso, por eso como gremio y, en especial en Liberty, venimos trabajando en desarrollar productos que sean flexibles, es decir, que se acomoden a las necesidades de la gente dependiendo de su patrimonio y su capacidad económica.
También en diseñar medios de pago que le permitan a la gente financiar de alguna manera su protección.
Eso se ha hecho, pero igual hay mucho camino por recorrer porque la penetración del seguro en Colombia es todavía muy baja.
Se refiere usted al mercado de los microseguros…
Hemos sido un jugador importante en este mercado, que demanda un esfuerzo bastante costoso por el nivel de prima mensual al que se puede acceder. Hoy tenemos unos 250.000 asegurados en este ramo que nos representan cerca de 15.000 millones de pesos.
El problema de estos seguros es que se ‘caen’ en una proporción del 50 por ciento.
La mayoría de estos productos, que se distribuyen a través de empresas de servicios públicos, se ‘caen’ cuando se presenta morosidad en el pago de la cuota del servicio.
Otra de las razones está en la diferencia de criterios entre los cónyuges, pues muchas veces quien atiende la venta ve la necesidad del producto, pero luego el análisis en familia hace desistir del microseguro, pese a que su costo no supera los 3.500 pesos mensuales.
Pero, ¿son los únicos seguros que se caen, como usted dice?
No, en vehículos, que es el ramo de mayor peso y dinámica dentro del portafolio colombiano excluyendo pensiones, sucede algo parecido.
Tan sólo el 35 por ciento de los vehículos que transitan por las vías del país tiene seguro de daños, y si uno mira en el tiempo ese porcentaje no ha cambiado, pese a que al país ha entrado una gran cantidad de automóviles en los dos últimos años.
La penetración del seguro en esos vehículos es alta, pero a medida que termina el periodo de financiación la gente deja de asegurarlos.
El porcentaje de la población que renueva y mantiene su seguro es muy bajo, entonces, vemos unos vehículos que entran asegurados, pero por tiempos muy cortos, cinco años máximo.
CATÁSTROFES, LAS QUE MÁS FUERTE GOLPEAN A LA INDUSTRIA DE LOS SEGUROS
Si miramos qué ha pasado en el mundo, este ha sido un año muy malo en términos de catástrofes, pues están todos los tornados en Estados Unidos, que han costado bastante dinero; el terremoto de Japón y Turquía, y las inundaciones en Tailandia.
Por esto, podría esperarse que haya algunos incrementos en los costos de las protecciones catastróficas.
Según cálculos realizados por la firma Risk Management Solutions (RMS), las pérdidas para la industria aseguradora sólo por concepto de la temporada de huracanes en Estados Unidos alcanzarían los 5.000 millones de dólares en el 2011.
Pero si bien esas cifras son preocupantes, más lo son las que dan cuenta de lo que tuvo que pagar la industria aseguradora mundial como consecuencia de las catástrofes de toda índole el año pasado.
Según un estudio de Swiss Re, dichos eventos y los ocasionados por el hombre se tradujeron en pérdidas económicas por 218.000 millones de dólares y un costo sólo para las compañías aseguradoras de 43.000 millones de dólares.
Carlos Arturo García
Economía y Negocios