¿Qué tan preparado está el mundo para afrontar las consecuencias de un deficiente cuidado del medio ambiente? Y ¿Qué pueden hacer los ciudadanos para ayudar con la sostenibilidad del entorno?
Todas estas preguntas se las vienen haciendo desde hace un buen tiempo empresarios, en su mayoría, las cabezas de las principales compañías del país. Marcas como Bayer, Alpina, Bavaria, entre otras, son líderes en el tema del cuidado y la preservación del medio ambiente, sin embargo, son conscientes de que todavía falta mucho por hacer en esta materia.
Frente a esto, no han ahorrado esfuerzos para que esos temas sigan haciendo parte activa de sus agendas y, por el contrario, son tenidos en cuenta como elementos garantes a mediano y largo plazo en lo que tiene que ver con la efectividad de sus negocios.
Y es que la Responsabilidad Social, además de la evolución que viene teniendo en las empresas, cada vez afianza más su valor de sostenibilidad y de buen aprovechamiento de los recursos, lo que se convierte en un indicador que marca la diferencia frente a otras organizaciones. Y por qué no, como una fuente de negocio que genere bienestar para los stakeholders (grupos de interés).
En ese sentido, hace 23 años en la localidad de Santa fe, en el centro de Bogotá, como consecuencia del deterioro ambiental que había en muchos sectores, un grupo de importantes empresas del país -con oficinas en esa parte de la capital- se enfrentaron a dos opciones: irse al norte de la ciudad y abandonar el sector del Centro Internacional o tratar de organizarse y ayudarle a la administración local a sacar adelante el espacio.
De esta forma nació la Asociación Gremial Cívica Centro Internacional San Diego. Una organización sin ánimo de lucro que desde aquella época se convirtió en la estrategia para hacer frente y buscar soluciones que introdujeran no solo a la empresa pública y privada, sino además a los ciudadanos que habitan en los barrios aledaños.
"Las empresas lo que hicieron fue dejar de lado la postura de que el Gobierno de turno es el que tiene que hacer y se dieron cuenta de que allí no había nada propositivo. Por eso, durante el tiempo que lleva de trabajo, la organización se ha hecho cargo de involucrar a diversos actores para gestionar en torno al mejoramiento del espacio desde miradas como la seguridad y el buen cuidado del medio ambiente", explica Hilda Henao, directora ejecutiva de la Asociación.
Con la aplicación de diversas metodologías y de alianzas estratégicas que conllevan a la puesta en marcha de procesos pedagógicos para los habitantes del sector y para las empresas, San Diego ha logrado la recuperación del espacio público. "Trabajamos en llave con el Jardín Botánico para el cuidado del medio ambiente y hemos logrado conformar una comunidad mucho más abierta a la conciencia ambiental. Nos damos cuenta de que en algunas partes de Bogotá el espacio es de todos, pero a veces pareciera que no fuera de nadie", afirma Henao.
Otro de los frutos que da cuenta del trabajo de la Asociación se representa en la construcción de indicadores objetivos para constuir un esquema no solo de plataforma territorial sino de conjunto humano y social.
Tips para generar conciencia ambiental
Según la directora de la Asociación, el principio de corresponsabilidad es un elemento fundamental. "Como política siempre nos acercamos a cualquier tipo de problema con la idea de que vamos a identificar dónde y cómo podemos ayudar. Otro de los elementos, es mantener una comunidad muy informada", dice.
Y agrega que en la medida en que la información fluya se genera un sentido de pertenencia. De acuerdo con los integrantes de San Diego, las herramientas que se han puesto en marcha para el trabajo conjunto les ha permitido darse cuenta de que la Responsabilidad Social que promueven es colectiva y ligada a un territorio y a una comunidad.