Nadie se atreve a pronuciar la palabra fracaso, aunque las tres partes que intervienen en la negociación del salario mínimo saben que la probabilidad de acordar el reajuste para el 2011 es prácticamente inexistente.
Las propuestas de incremento de la remuneración básica por parte de los empresarios y trabajadores quedaron muy distanciadas: 3 y 7 por ciento, respectivamente, que equivalen a 15.450 y 36.050 pesos.
Ayer en la mañana, los miembros de la Comisión de Concertación Salarial y de Políticas Laborales, en la que participan voceros de los empleadores, de los trabajadores y del Gobierno, se levantaron de la mesa sin que sus posiciones hubieran avanzado, literalmente, ni un centavo.
Lo que sigue ahora es una formalidad: empleadores y sindicalistas tienen que justificar ante el ministro de la Protección Social, Mauricio Santa María, las posturas que tuvieron en la mesa, y si después de analizarlas lo considera pertinente, convocaría a una nueva reunión para un último intento de concertación, lo que el mismo funcionario piensa que es muy difícil.
Así las cosas, la concertación fracasó por quinto año consecutivo. Unilateralmente, el Gobierno decretará el aumento del salario mínimo que regirá en el 2011.