Lo síntomas de desaceleración económica advertidos desde finales del 2014 se confirmaron en el primer semestre del 2015.
En efecto, transcurrida la primera mitad del presente año, el desempeño de la economía no ha dado sorpresas.
Menor crecimiento del PIB, leve reacción de los precios del petróleo, descenso de las exportaciones y las importaciones, freno en la inversión extranjera, producción industrial y la minería en rojo, inflación creciente pero con perspectiva estable, tasa de cambio alrededor de 2.500 pesos, desempleo de un dígito y buena dinámica de la demanda interna, es el balance económico de Colombia en el semestre, que finalizó ayer.
El comportamiento del PIB en el arranque del año estuvo dentro de los pronósticos (2,8% entre enero y marzo). Las malas noticias vienen por el lado del déficit de la balanza comercial que, hasta abril, superó los 5.000 millones de dólares. Tampoco despegó la producción industrial, que acumuló una cifra negativa de 2,4 % en los primeros cuatros meses. Según la Andi, el impacto de la reforma tributaria se ha visto reflejado en las menores utilidades de las empresas en el primer trimestre.
De acuerdo con el presidente de Confecámaras, Julián Domínguez, al 31 de mayo, el indicador de demografía empresarial descendió 19,7%, pues en este periodo solo vieron la luz 105.694 sociedades, frente a 131.769 que nacieron en los primeros 5 meses del 2014.
La primera mitad del año tampoco ha sido nada fácil para el sector mineroenergético. La suspensión de la tregua unilateral de las Farc puso una verdadera prueba de fuego a la industria petrolera y de energía eléctrica.
Las pérdidas por las voladuras a los oleoductos ya superan los 25.000 barriles de petróleo, que a precios del mercado equivalen a más de millón y medio de dólares. Además, la atención de la contingencia ambiental corre parcialmente por cuenta de las petroleras, lo que reduce su capacidad de invertir en nuevos proyectos, en medio de una crisis de liquidez de estas compañías por cuenta de la reducción en las cotizaciones internacionales del crudo.
Pero antes del surgimiento de las acciones terroristas, el sector venía resentido, en particular en la etapa exploratoria. De enero a mayo solo se perforaron 9 pozos para buscar petróleo en el país, por lo que la meta de construir 35 de estas estructuras de hidrocarburos está en entredicho.
“Han sido seis meses muy difíciles, no solo por la exploración que se vino a pique, sino por la producción, que será difícil de sostener. Hemos encontrado en el Gobierno Nacional apoyo y se han tomado algunas medidas para reanimar la industria. Faltan otras, de fondo, para superar la crisis, que no es solo de precios, y recuperar la competitividad. En el semestre que se inicia, habrá mayor claridad”, señaló el presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo, ACP, Francisco Lloreda.
Por el lado de la industria minera, los problemas tampoco se hacen esperar. Los bajos precios de los minerales y los obstáculos internos (en su mayoría relacionados con trámites ambientales y consultas previas) no han permitido el arranque de varios proyectos extractivos a gran escala.
Drummond, CNR y Prodeco, han visto afectadas sus operaciones por la decisión de un alto tribunal de suspender las actividades nocturnas del tren de Fenoco.
Así las cosas, la meta de producir 90 millones de toneladas de carbón al finalizar el 2015 también fue revisada por la Agencia Nacional de Minería. Se estima que la producción llegará a 87 millones de toneladas.
La construcción, los servicios financieros y el comercio contribuyeron a soportar el crecimiento. Aunque entre enero y abril la inflación generó alarma, en mayo se evidenció una desaceleración.
El presidente de la Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones, Alberto Samuel Yohai, indicó que en lo que va del año ha habido un crecimiento del sector cercano al 8%.
NO HABRÍA CAMBIOS EN EL RESTO DEL AÑO
El Emisor sostiene que la economía “se sigue ajustando a las condiciones externas” y que “el gasto de las familias podría mostrar crecimientos moderados”. Asimismo, destaca señales de fortaleza en el mercado de trabajo.
“Se prevé una moderación en la inversión, pese a que las obras civiles se mantendrían dinámicas”. Los empresarios confían en que el Plan de Productividad y Empleo (Pipe 2.0) empiece a surtir efectos. El Gobierno y el Banco de la República estiman que el fenómeno de devaluación del peso les ayudará a los exportadores.
Por lo pronto, el Ejecutivo cree que la economía crecerá un 3,6% al terminar el 2015. Sin embargo, otros organismos como la Ocde y el FMI prevén que el PIB colombiano se expandirá 3,3 y 3,4%, respectivamente. Para los sectores minero y petrolero sigue la incertidumbre respecto a los precios. Desde el punto de vista petrolero, todo parece indicar que la producción sobre el millón de barriles puede empezar a declinar.