Así mismo, el mandatario busca reducir el déficit, aseguró una fuente gubernamental.
La Casa Blanca no ha determinado aún la estructura final del arancel y cómo encarar a los bancos grandes que han vuelto a la rentabilidad, dijo el funcionario, que pidió no ser identificado.
El proyecto contempla obtener ingresos de los aranceles destinados a la reducción del déficit y cubrir el monto que el Departamento del Tesoro estima se perderá con el TARP, que asciende a 120.000 millones de dólares.
Los detalles estarán incluidos en el presupuesto fiscal para el 2011 que Obama presentará el mes próximo al Congreso, dijo el funcionario.
El plan de rescate del Gobierno por 700.000 millones de dólares contribuyó el año pasado a un déficit récord de 1,4 billones de dólares.
Los expertos en leyes tributarias, que analizaron las posibilidades antes de que fuera dado a conocer el plan del presidente, dicen que todas las opciones estructurales del Gobierno -que incluyen una sobretasa al ingreso, impuestos indirectos o un arancel vinculado al valor de los activos, u otra medida- probablemente sean tan permeables que las instituciones financieras puedan esquivarlos.
"Cualquier impuesto nuevo siempre resulta más complicado de lo que imaginan quienes lo diseñan", dijo Ed Kleinbard, ex director de personal del Comité Conjunto sobre Impuestos del Congreso, una comisión apartidaria.
Encontrar algo para gravar es también un desafío, dijeron los expertos impositivos. Las opciones oscilan desde activos, hasta volúmenes de nóminas o salarios promedio y bonificaciones pagados a los máximos ejecutivos.
Impuesto tendría poca efectividad
Expertos en leyes tributarias aseguran que todas las opciones estructurales que lleve a cabo la Administración Obama, incluyendo un impuesto adicional sobre la renta, impuestos internos, o impuestos sobre el valor de los activos podrían ser tan porosos que las instituciones financieras serían capaces de esquivarlos con total impunidad.