El banco BBVA continuará con su expansión orgánica en Colombia y no adquirirá ninguna entidad financiera ya existente en el país, afirmó Óscar Cabrera Izquierdo, presidente de la institución.
¿Cuál fue el balance del BBVA el año pasado en Colombia?
Fue muy bueno, el crédito creció 25 por ciento, 20 en uno de los recursos; es un margen financiero con un buen nivel de crecimiento de 15 por ciento y buena estrategia en materia de costos.
Ganamos cuota de mercado tanto en el sector de particulares como en las empresas.
¿Cuáles son las metas para este 2014?
Vamos a dedicarle mucho tiempo a nuestro plan de expansión, el año pasado abrimos 45 oficinas, en el 2014, es la meta es abrir 60 oficinas adicionales, ampliar la red de cajeros y corresponsales, y mucha tecnología.
Con una inversión cercana a los 100 millones de dólares.
¿En qué sector están concentrando sus esfuerzos?
Estamos trabajando en una forma muy focalizada en lo que tiene que ver con las pymes, en el cual hemos crecido 25 a 30 por ciento en los últimos años. También, consolidarnos en el sector de particulares y diferenciarnos en ambos segmentos.
¿Han pensado hacer adquisiciones en el país en el plan de expansión?
La verdad, tenemos nuestro plan estratégico desde hace dos años, que es abrir mínimo 100 oficinas en tres años, lo vamos cumpliendo y ese es nuestro foco fundamental, crecer de forma orgánica en Colombia, porque creemos que tenemos el tamaño suficiente para acompañar a la economía colombiana.
No obstante, cualquier oportunidad de negocio la vamos a valorar, porque el objetivo que tenemos es que tener una posición mucho más importante que la que tenemos ahora. No descartamos nada.
¿Cómo ve la economía colombiana en estos momentos de turbulencias en los países emergentes y el recorte de los estímulos de la Fed en Estados Unidos?
Cuando la reserva federal anunció el año pasado que iba a recortar los estímulos, la economía colombiana ya tuvo la primera gripe, por allá en mayo o julio, donde se movieron las tasas a largo plazo subieron. Ese es un efecto que ya está asumido por la propia economía del país.
Colombia está en una posición completamente distinta, vivimos en un gobierno que tiene mucho de ortodoxo, economía con buenos fundamentos, unas buenas expectativas de crecimiento, un país cuyas expectativas a largo plazo también son positivas, no solamente por lo que se está presentando en forma natural, crecimiento consistente de 4,5 por ciento, sino porque tenemos la fortuna de presenciar algún impulso adicional que pueda venir por un eventual acuerdo de paz.
Eso sería un plus adicional de crecimiento.
Hoy, Colombia es mucho menos vulnerable a ese tipo de efectos que se da afuera.
¿Qué tan competitivo es el mercado de la banca en Colombia?
Es un mercado que tiene muchos competidores; en ese sentido se compara muy bien con otros mercados.
El único tema es que quizá en algunas posiciones hay demasiada concentración, pero en cuanto al número de competidores es suficientemente amplio y ojalá entre todos consigamos que las cuotas del mercado se vayan distribuyendo mejor.
¿Cómo se imagina el BBVA una Colombia en paz?
Soy muchos más optimista en este aspecto que la mayoría de los colombianos. Cuando uno mira otras latitudes y ve cómo ha estado Colombia, con un freno, porque al final el tema de la violencia es como un freno de mano, como tenerlo puesto, y entonces hace que todo camine lento.
Entonces, si Colombia ha llegado a donde ha llegado frenada, las capacidades de crecimiento son tremendas.
Yo espero, o creo importante, la capacidad de crecimiento adiconal con paz, que es lo que nos están diciendo los técnicos.
¿Hay burbuja en el sector inmobiliario en Bogotá?
La definición de si hay burbuja o no no es sencilla, porque los modelos que se utilizan no son muy claros.
Yo siempre me voy más al lado de las cautelas que tenemos.
Tenemos controles importantes, tenemos tasas de interés fijas, que les dan previsibilidad a los ingresos y a lo que hay que pagar. Así, la banca asume el riesgo de dar ese tipo de tasas.
El cliente paga la cuota fija y el banco ya verá cómo hace para financiarlo.
De otro lado, está el límite que existe al financiamiento; el cliente ya tiene que haber pagado un 30 por ciento del total, lo que hace que el volumen de la deuda con la compra esté más equilibrado.
Otra cautela es que los pagos no sean superiores al 30 por ciento de las rentas; al final, cuando uno pone todo eso en relación, y que el país tiene necesidad de crecimiento en viviendas y mejora de las instalaciones familiares, pues se ve bien.
En general, hay gran oportunidad en este sector para que sea uno de los motores de la economía.
Pedro Vargas Núñez
Subeditor Portafolio