''Yo estoy listo para desarrollar todos mis planes, pero las oportunidades se han desvanecido'', se quejó Robert Rodrigues, un ex ministro de agricultura brasileño que tuvo que suspender sus planes de establecer una empresa procesadora de etanol debido a la ausencia de inversionistas extranjeros.
Muchas pequeñas o medianas empresas productoras de etanol terminarán siendo adquiridas por otras más grandes si las líneas de crédito solicitadas con urgencia a los bancos estatales no logran borrar sus deudas, vaticinaron varios participantes en una conferencia sobre biocombustibles en Sao Paulo esta semana.
Un importante fabricante de etanol se declaró en bancarrota la semana pasada a fin de reestructurar una deuda de 100 millones de dólares que no podía pagar. Analistas e industriales pronostican que habrá más crisis, y una agrupación gremial reportó que se ha cancelado o postergado el 50% de nuevos pedidos de equipos.
''Habrá más bancarrotas'', dijo Eduardo Carvalho, director del departamento de etanol y azúcar del conglomerado Odebrecht SA, una de las mayores empresas de Brasil.
Se estima que entre 30.000 millones y 40.000 millones de dólares en nuevas inversiones proyectadas para los próximos cuatro años en ese sector terminarán canceladas, dijo Marcus Jank, presidente de la Asociación de Productores de Caña de Azúcar, aunque no dio detalles.
La industria de los biocombustibles brasileña, fundada en la década de 1970 y ahora concentrada en el estado agricultor de Sao Paulo, desde hace tiempo es considerada un ejemplo a nivel mundial, y su método de fabricación de etanol a base de caña de azúcar es más barato y eficaz que los otros, entre ellos los de Estados Unidos, que usa maíz.
John Melo, presidente ejecutivo de la estadounidense Amyris Biotechnologies, dijo que la industria brasileña del etanol sobrevivirá porque la demanda de combustibles renovables a bajo precio seguramente se recuperará cuando vuelvan a subir los precios del petróleo.
Amyris está colaborando con productores brasileños en una empresa conjunta que proyecta producir 1.000 millones de galones de combustible a base de caña de azúcar al año para el 2015.
Los gobiernos brasileño y estadounidense están entretanto financiando proyectos de investigación y desarrollo a fin de impulsar la creación de empresas de etanol en Latinoamérica, pero la crisis financiera mundial seguramente ahuyentará a las inversiones del sector privado, dijo a la AP el secretario de Agricultura de Estados Unidos, Edward Shafer.
La mayoría de las plantas productoras de caña de azúcar cuestan unos 200 millones de dólares, y procesan hasta unos 2 millones de toneladas métricas de caña anualmente, con una extracción de etanol de hasta 160 millones de litros.