A tres meses y medio de las elecciones de alcaldes y gobernadores, la fundación ProBogotá Región (que busca promover el desarrollo de la ciudad y que fue creada por 30 empresas de la capital), presentó a los candidatos a la Alcaldía de Bogotá un documento con 30 recomendaciones en campos como economía, movilidad, seguridad, educación y urbanismo.
Luis Guillermo Plata, presidente de ProBogotá Región (y quien ejerció como ministro de Comercio en el gobierno de Álvaro Uribe), le contó a este diario que la ciudad está cambiando su modelo productivo, para lo cual los candidatos deben tener en cuenta la potencialización de las pymes y del emprendimiento.
Asimismo, destacó que el problema de movilidad y de transporte público no puede continuarse dejando de lado por la próxima administración de la ciudad.
En esta antesala a las elecciones para alcalde, ¿cómo se ven las cosas en la economía de la capital con una desaceleración nacional de por medio?
Bogotá está cambiando su modelo productivo y eso es una cosa importante. Si se descompone el PIB de Bogotá, servicios y comercio es el gran pedazo de la torta. La industria ya no ocupa el mismo lugar de hace 20 años.
Con los tratados de libre comercio y la infraestructura que se está armando en el país, le están quitando a Bogotá las
barreras naturales y arancelarias. Entonces, la ciudad está en un momento muy interesante para repensar su modelo productivo, porque las industrias pesadas que están en Bogotá si son exportadoras, se van a las costas. Si son grandes, salen del perímetro.
¿Qué fortalezas tenemos?
La concentración más alta de universidades del país. Además, contamos con el mejor talento.
Hay una gran diversidad y así son las ciudades exitosas en el mundo.
¿Dónde ve ProBogotá que se puede ser mejor?
Se hace un ejercicio con la Cámara de Comercio para definir una vocación productiva que está en servicios. El tema logístico se soluciona. Si vamos a estar en bienes, tendrán que ser de alto valor agregado.
¿Qué tan complejo es dar ese giro hacia una vocación productiva diferente?
Esos giros no se hacen de la noche a la mañana, pero yo creo que Bogotá ha empezado a dar ese vuelco. Hace cinco años ya se veía la tendencia de cómo la ciudad va entrando en otras actividades. Por ejemplo, los servicios financieros pesan mucho en el PIB bogotano. El comercio también representa mucho. Hay que ver cómo se potencializa eso a un nivel de alto valor.
¿Cómo cambiar ante el mundo la imagen económica de Bogotá?
Eso va relacionado con la imagen del país. Eso ha venido cambiando. Cuando hablamos de Colombia, las cosas se ven diferentes. Cuando yo estaba en el Gobierno, el país tenía 620.000 visitantes al año. Ahora, esa cifra ha cambiado al alza.
¿Cuáles fueron las recomendaciones a nivel económico que se les hicieron a los candidatos a la Alcaldía de Bogotá?
La primera de ellas (de 30 en total que se realizaron en un documento) es identificar y potenciar al menos 500 pymes de alto potencial y que estén entrando a servicios y productos de alto valor.
El Distrito con Bancóldex puede montar unas líneas de crédito especiales para las pequeñas empresas con tasas de interés más bajas. Que además, se logren plazos más largos para los empresarios.
Asimismo, otra idea es que Bogotá compre pyme. Esos programas existen en el país, pero sería bueno llevarlos a nivel ciudad. El Distrito tiene un presupuesto gigante, compra cosas, y las pymes no participan por no tener información y porque les queda a veces difícil competir. Pero por otro lado hay que fortalecer el emprendimiento.
¿Se podría hacer algo en emprendimiento como Ruta N en Medellín?
Cuando se mira Bogotá, hay un ecosistema de emprendimiento que no está coordinado. La idea es que se organice y que sea más efectivo. Esto es más complejo que el tema de las pymes. Esto es de largo plazo, pero va a tener un impacto en empleo y en PIB. Vamos a las pymes exitosas para darles potencia.
El Gobierno en el Plan de Desarrollo está formulando una política de planes científicos y tecnológicos. No hay ningún parque tecnológico. Hay que hacer una línea de innovación de la mano con Bogotá. Eso necesita incentivos que privilegien a las empresas de ese corte.
En el tema de movilidad e infraestructura –álgido por cierto–, ¿qué le proponen a quien llegue a ser alcalde?
Si se soluciona el problema de movilidad, la gente percibirá que la ciudad se volvió más amable.
Hay cosas importantes que se pueden hacer y es la pirámide invertida de la movilidad, donde peatones y ciclistas deben privilegiarse.
Le siguen el transporte público, el de carga y, por último, el carro particular. La política de movilidad debe obedecer a esto. Hay que dar incentivos al uso de la bicicleta y del transporte público.
Por otra parte, TransMilenio es un gran sistema, pero perdimos una oportunidad muy grande de hacer renovación urbana y densificar alrededor de las troncales.
¿Y cómo solucionar la saturación y de paso la infraestructura del sistema TransMilenio?
La troncal de la Caracas está desbaratada. Hay que meterle deprimidos en las calles 19, 63 72 y 76 para aumentar la velocidad promedio de circulación de los buses de 20 a 27 kilómetros por hora. También, se debe mejorar la capacidad de la troncal de la Autopista Norte.
Planteamos que por lo menos se haga la Troncal de la Boyacá y se recupere la Caracas. TransMilenio debería tener hoy 388 kilómetros de troncales, pero apenas existen cerca de 112. Si tuviéramos al menos 225 km, esto sería otra cosa.
Por otro lado, al SITP hay que ponerle atención porque tiene un déficit de $600.000 millones. Tienen que acabar de implementarlo. El problema del Sitp es que la gente no lo usa. Y a eso se suma una red paralela de buses.
¿Habrá metro para Bogotá, así como están las cosas?
Debemos tener cuidado con que ese proyecto no se quede desfinanciado. La licitación no se abriría este año porque el Gobierno tiene que sacar un Conpes y, después de esto, un acuerdo de cofinanciación Distrito - Nación. Ese pacto, solo se puede firmar después del final de Ley de Garantías.
Por otro lado, hay que darle luz verde a proyectos como la avenida ALO que ya están listos.
El Plan de Ordenamiento Territorial (POT) vigente estableció entre el 2004 y el 2007 cerca de 53 proyectos de movilidad. De estos, solo se han terminado 10.