El próximo miércoles, en Davos, se dará inicio al Foro Económico Mundial, la reunión más representativa del capitalismo global. Con una recesión económica que parece diluirse y con la necesidad de afianzar la recuperación de la confianza y los mercados, los más importantes actores de la economía del planeta tendrán una amplia agenda por delante.
En el primer lugar del temario están los estímulos económicos ofrecidos por los gobiernos. La gran pregunta que se debatirá en Davos no estará relacionada con si es prudente o no retirarlos, sino más bien, cuándo se debe realizar esta operación.
Tal y como lo señaló a mediados del año pasado el presidente de E.U., Barack Obama, hay que ver "cómo ha evolucionado el enfermo antes de quitarle sus muletas". Y es que la recuperación, aún endeble, está sustentada en las ayudas entregadas alrededor del mundo para provocar la reactivación, y una brusca salida podría producir recaída de la salud económica mundial.
El siguiente tema que debe ocupar la agenda está relacionado con el anterior, y tiene que ver con el aumento desmesurado de los déficit estatales. Casos como el de Grecia y Portugal en Europa, y por supuesto, el de E.U., obligan a un análisis profundo que detenga el cataclismo fiscal.
El asunto del tamaño de los bancos y de las bonificaciones que reciben sus directivos, sobre todo después del anuncio regulatorio hecho por Obama la semana pasada, seguramente también será un prioridad. El plan de reconstrucción de Haití tendrá asimismo una preponderancia significativa en el Foro, que concluye el domingo entrante, aunque el acuerdo para sacar adelante al país más pobre de América parece sellado de antemano.