En contra de las expectativas de quienes preveían un importante crecimiento de las importaciones y un relativo estancamiento de las exportaciones colombianas, los primeros meses del 2010 están mostrando lo contrario. Eso es lo que se desprende de lo informado por el Dane ayer, cuando la entidad reportó que las compras externas del país subieron 10,5 por ciento en febrero y 3,4 por ciento en el primer bimestre.
Ante ese comportamiento, el saldo de la balanza comercial sigue creciendo rápidamente. En contraste con un déficit de 144 millones de dólares en los 60 días iniciales del 2009, ahora hay un superávit de 593 millones.
Lo ocurrido tiene mucho que ver con el repunte en el precio de las materias primas en general y con las cotizaciones del petróleo en particular. Las alzas en los hidrocarburos, sumadas a una mayor producción interna, han llevado a que las exportaciones totales hayan crecido 19 por ciento, a pesar de la descolgada de las ventas a Venezuela, por cuenta del bloqueo comercial impulsado por Hugo Chávez.
Pero también es claro que la demanda por productos externos no reacciona. De hecho, buena parte del crecimiento de las importaciones en febrero estuvo explicado por la mayor facturación del capítulo de aceites y combustibles, como consecuencia del fenómeno ya citado.
Adicionalmente, las adquisiciones de aeronaves producidas en Francias tuvieron también un salto, seguramente debido a los programas de renovación de flota de las compañías locales. De no haber sido por esos elementos específicos, las compras del país habrían descendido. Eso no necesariamente es malo, de no ser porque el capítulo de los bienes de capital todavía no repunta, lo cual sugiere que la inversión privada tampoco lo ha hecho.
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