Una dosis de realismo fue la que dio el viernes pasado el Ministro de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, al decir con franqueza que son muy bajas las probabilidades de que tenga lugar la ratificación del Tratado de Libre Comercio, firmado entre Colombia y Estados Unidos. De acuerdo con Luis Guillermo Plata, "se va uno con un nivel de desconcierto por la desconexión entre el discurso y las acciones".
A su manera, el funcionario habló de la frustración que genera en el Gobierno colombiano la actitud de la administración de Barack Obama. Si bien desde enero, el Presidente estadounidense ha tomado una actitud más decidida en favor del acuerdo, dichos apoyos se han quedado hasta ahora sólo en palabras. Por otra parte, tanto el representante comercial Ron Kirk, como el secretario de Defensa, Robert Gates, han hablado de la importancia del TLC, tanto por motivos puramente comerciales como de seguridad.
Sin embargo, el problema sigue siendo político. En noviembre próximo tendrán lugar las elecciones legislativas en las cuales se renueva la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. Teniendo en cuenta que el Partido Demócrata se expone a perder o a ver reducidas sus mayorías, la Casa Blanca ha expresado sus dudas sobre si impulsar este tipo de tratados, a sabiendas de que es un tema que genera divisiones dentro de la colectividad cercana al Gobierno.
Como si fuera poco, Kirk ha hablado de algunas modificaciones adicionales, pero estas no se han precisado. Eso, aparte de que es probable que dado el desgaste que ha sufrido la administración de Álvaro Uribe en Washington, algunos prefieran darle la luz verde al TLC hasta que se sepa el nombre de su sucesor. Por tal motivo, habrá que seguir teniendo paciencia, en un tema en el que todavía hay más promesas que hechos.