He estado trabajando en una empresa durante seis años, pero hay pocas posibilidades de avanzar. La semana pasada un amigo me ofreció un trabajo en su compañía. Realmente no es una tarea en que sea un experto, y la posición es algo confusa, pero me entusiasma. ¿Debo aceptar la tarea?
Responden Jack y Suzy Welch
¿Le parece estimulante la nueva oportunidad, o solamente diferente? Le preguntamos porque usted ha hecho sonar una alarma.
No es que rechacemos trabajos estimulantes. Lejos de eso. Es que hemos visto a muchas personas aceptar un nuevo trabajo simplemente para librarse del viejo.
Esa posibilidad puede funcionar. Todos hemos oído historias de personas que deben un ascenso vertiginoso en sus carreras a un cambio espontáneo de trabajo. Pero, en líneas generales, cuando se trata de administrar una carrera, pensamos, dando la vuelta al adagio, que es mejor ser inteligente que suertudo.
Por la palabra inteligente estamos aludiendo a tener buena información. Y eso es exactamente lo que usted no está consiguiendo en la actualidad. Usted se siente intrigado posiblemente porque está un poco aburrido o frustrado en su sitio actual. Tal vez usted trabaja para una empresa propiedad de una familia, y ha llegado al tope. Y de allá no podrá avanzar más. O tal vez su empresa no esté creciendo. Los detalles específicos son irrelevantes. Lo que importa es que usted parece dispuesto a pegar un salto, sin mirar antes donde caer.
No lo haga, al menos realice una tarea seria.
Comience con la oportunidad en sí. Desde nuestra perspectiva, es bastante confuso. El nuevo trabajo no es exactamente una tarea que usted sabe hacer. Pero, aun más preocupante, su papel no está bien definido. Es como si su conocido estuviese diciendo, "Trataremos de discernir los detalles una vez usted se encuentre aquí". Y a eso podemos responder, "Corra a las montañas".
Nada es más frustrante en materia gerencial que recibir responsabilidades sin la autoridad consiguiente. Su nuevo jefe, sin importar si usted es amigo de él, seguramente querrá resultados de su tarea a la mayor brevedad posible. Pero, sin una tarea claramente definida, usted está en problemas. Tal vez no pueda contratar personas o los gastos que se requieren. Sus subordinados tal vez lo ignoren. Después de todo, ¿quien es usted?
Esa dinámica está muy bien ilustrada por Cathie Black en su excelente autobiografía Basic Black. Luego de un año en que fue cortejada por el empresario Al Neuharth, Cathie aceptó el trabajo de presidenta del periódico USA Today en 1983.
Pero en su primer día en el trabajo, se sintió mortificada cuando un ejecutivo de publicidad le dijo, "Quiero que sepa, de antemano que no pienso ponerme a sus órdenes".
Fue ahí cuando Cathie descubrió que había cometido un grave error. "Nunca especifiqué, por escrito, la estructura en que funcionarían mis subordinados, o cúales serían mis deberes". Demoró a Cathie meses arreglar las cosas para ella en USA Today, aunque su historia de los muchos años que trabajó en el periódico tuvo un final feliz.
Y lo mismo podrá ocurrir con su nuevo empleo si obtiene datos específicos antes de firmar un contrato. Pero además, hay otra labor indispensable que debe realizar. Y eso tiene que ver con los valores. Usted necesita asegurarse que la nueva oportunidad que le ofrecen no es atractiva por las razones equivocadas: esto es, dinero y prestigio.
No queremos que nos entienda mal. No tiene nada de malo tomar un trabajo que aumenta su salario o su reputación. Pero con frecuencia esos trabajos pueden tener un costo real en un futuro mediato. Y eso sin mencionar su orgullo y autenticidad.
Conocemos un amigo que aceptó una oferta inesperada, el cargo de vicepresidente, y un aumento salarial de 25.000 dólares mensuales, y terminó siendo el chivo expiatorio en una empresa que iba camino a la quiebra.
Otro amigo, un profesional del golf, renunció a su empleo en un pequeño club donde tenía muchos amigos y fue a trabajar en un club famoso. Pero de socio pasó a ser un siervo, y los miembros del club lo trataban como un simple organizador de horarios. En el club pequeño, su esposa era gerente y además jugaba al golf. En el club grande, ella trabaja en el cuarto de las maletas.
Sí, el profesional temía que eso pudiera ocurrir. Pero se quedó fascinado por el prestigio que podrá obtener en el nuevo club. Los elogios de sus amigos pudieron más que su propia voz interior alertándolo de los peligros.
Sin duda alguna, la oferta que le están haciendo podría ser la ocasión que siempre ha esperado para concretar sus sueños. Tal vez podría reemplazar la monotonía actual con una magia futura. Pero no pegue el salto sin primero hacer un escrutinio minucioso. Examine la nueva compañía para determinar si cuenta con claridad y propósitos. Y también revise su corazón, para que le indique si el cambio vale las consecuencias.
Jack y Suzy Welch son autores del libro 'Winning', pueden enviarles preguntas por correo electrónico a
Winning@nytimes.com.