Replantear este tema es necesario para evitar, en el futuro, pérdidas de vidas, despilfarro de dinero y desmejoramiento en la competitividad.
De ahí que la modernización de la infraestructura vial, actualmente en plena ejecución, deba estar orientada a garantizar la mayor seguridad y comodidad posible para los usuarios, con base en el conocimiento de las carreteras.
"Colombia necesita comenzar a conocer en detalle las características de su red vial: los anchos de vía, longitudes, número de carriles, tener mejor información sobre la accidentalidad y el tráfico", afirma el gerente de la empresa Joyco Ltda., José Joaquín Ortiz, quien participa en uno de los comités que hacen parte de la Asociación Mundial de la Carretera (Piarc).
El conocimiento puntual de las características (geológicas, trazado y longitud) de cada una de las carreteras permite que el mantenimiento, que suele ser mucho más costoso que la misma construcción, se pueda hacer de forma planeada y, además, mantener un control sobre las inversiones y los presupuestos.
El experto también reconoce que Colombia, además de modernizar los diseños de las carreteras, debe tener las cuentas claras de lo que son sus activos viales. Esto con el fin de planear el mantenimiento, asignar las partidas en el presupuesto, cuando se trata de vías no concesionadas, e incluso proyectar el sostenimiento de los corredores secundarios y terciarios, que se están recuperando.
Pero aunque existe la intención del Gobierno de profundizar en la información de las carreteras, hay un obstáculo que aún no se ha superado. Se trata de un software que permita diseñar los programas de mantenimiento de largo plazo, pero, en concepto de Ortiz, el país está lejos de contar con ese instrumento.
Ajustarse a la realidad
Y si tener información en detalle de las vías es importante, lo es igualmente el proceso que antecede la construcción de las mismas.El presidente de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, Daniel Flórez, sugiere que, a partir del momento en que se proyecta un corredor en el papel, las entidades deben ser cuidadosas con detalles técnicos, costos y contratos. De lo contrario, una vía puede volverse una frustración para las comunidades.
"Cuando una entidad municipal, departamental o nacional saca a licitación una vía sin los detalles de diseño adecuados, sin un presupuesto acorde y adjudica al menor precio, la obra puede terminar en conflicto", dice.
El dirigente gremial sostiene que para evitar que los riesgos se salgan de control es necesario, entonces, jugársela por recuperar la malla vial con unas condiciones de contratación reales, incluso, si es necesario, replanteando conceptos de diseño.
Aunque el país tiene una debilidad en la información de sus carreteras, que arranca desde el momento en que se empiezan a planear, los expertos consideran que está a tiempo para corregir el camino, y para eso puede apoyarse en la experiencia de otros países.
RICARDO SANTAMARÍA DAZA
REDACCIÓN DE ECONOMÍA Y NEGOCIOS