Moreno viajó a entregarles a los ancianos indígenas, máximas autoridades de la zona, la declaratoria de la Casa Arana como Bien de Interés Cultural de la Nación.
En este sitio se asesinaron unos 40.000 indígenas a finales del siglo XX. Según la Ministra, "esta es la primera declaratoria que se concede a un resguardo indígena, lo que demuestra el compromiso con las comunidades étnicas del país. En una primera etapa, el Ministerio invertirá 100 millones de pesos para la recuperación y mantenimiento del inmueble".
Con esta decisión, el inmueble queda avalado con la máxima categoría nacional en patrimonio y, por ende, el Ministerio de Cultura asegura su protección y valoración nacional y el de las culturas Uitoto, Bora, Okaina y Muinare.
A partir de este momento la Casa Arana obtiene la misma protección que se le ofrece a cualquiera de los grandes edificios o monumentos del país como las Murallas de Cartagena, el Capitolio Nacional o la Quinta de Bolívar.
Hoy, allí funciona el Colegio Casa del Conocimiento, un lugar donde las dos culturas (occidental e indígena) finalmente pueden convivir en igualdad de condiciones. Hay profesores blancos e indígenas que enseñan español y diversas lenguas nativas.
Para Fanny Kuiru, indígena Uiototo y asesora de la Corporación para la Defensa de la Biodiversidad Amazónica, es un símbolo y el mejor ejemplo para mostrarles a las nuevas generaciones de indígenas que es posible lograr la paz sin violencia y, sobre todo, sin rencores.
"Para no vivir con ese pasado tan triste y doloroso, tratamos de reconstruir nuestra vida y nuestra cultura, la misma que los caucheros quisieron extinguir hace más de un siglo. Nosotros somos los hijos del tabaco, la coca y la yuca dulce, y queremos que nos vean como un pueblo pacífico, que lucha por tener un futuro digno para sus nuevas generaciones.
"Aquí tenemos puestas nuestras esperanzas. A pesar de que a La Chorrera vienen pocos visitantes, queremos adecuar habitaciones que funcionen como hotel. Esta puede ser la oportunidad para que se interesen en La Chorrera como sitio turístico", asegura Fanny Kuiru.
Además del hotel, la comunidad quiere crear un centro intercultural, en el que los ancianos y las nuevas generaciones tengan un espacio académico para debatir temas ambientales y de formación. En el segundo piso seguirá funcionando el centro virtual de educación superior, el primero que hay en un resguardo indígena.
Asimismo, quieren tener una biblioteca donde se pueda acceder a documentos que hablen sobre La Chorrera, ese lugar paradisiaco, ubicado en las entrañas de la selva amazónica, en límites con el Perú, donde chocan con gran ímpetu las aguas torrenciales del gran río.