La moderación de los precios ocurrió tras tres meses en que los costes al por mayor superaron el 1 por ciento mensual debido al encarecimiento de la energía.
Por otra parte, el Departamento de Comercio dijo que las ventas al por menor bajaron un 0,3 por ciento en agosto, frente al aumento del 0,3 por ciento pronosticado por los economistas. Y el retroceso de agosto siguió a la baja del 0,5 por ciento en julio, la peor actuación en cinco meses.
Ante el aumento del desempleo y la caída del precio de la vivienda, los consumidores han reducido sus gastos, un hecho negativo para la economía porque el gasto consumidor suma dos tercios de la actividad económica estadounidense.
La inflación subyacente, que excluye el precio de la energía y los alimentos, subió un 0,2 por ciento en agosto y por debajo del 0,7 por ciento de aumento del mes pasado.
El notable retrocedo de los precios al por mayor es una buena noticia para la Reserva Federal, preocupada por la posibilidad de tener que encarecer sus tasas de interés si no se modera la inflación.
Los funcionarios de la Fed seguramente mantendrán inalteradas sus tasas en la reunión del próximo martes. Ante el retroceso de la inflación seguramente las mantendrán inalteradas por el resto del año.
Si la Fed se hubiese visto obligada a encarecer las tasas habría sido otro problema para la economía, acosada ya por un creciente desempleo, una prolongada recesión del sector de la vivienda, una severa contracción del crédito y un sistema financiero en notables apuros.
La baja del 0,9 por ciento en los precios al por mayor, el mayor retroceso mensual desde octubre del 2006, podría reflejarse a la postre en un abaratamiento del sector minorista. El informe de agosto sobre los precios a nivel consumidor será difundido el próximo martes.
Incluso con la baja de agosto, los precios al por mayor aumentaron en los últimos 12 meses un 9,6 por ciento, el segundo salto anual más importante en los últimos 27 años, superado solamente por el 9,8% en los 12 meses que concluyeron en julio.
La inflación ha subido marcadamente este año debido al encarecimiento de los precios energéticos. El crudo llegó a los 147 dólares el barril a principios de julio, aunque desde entonces ha descendido y oscila ahora en torno a los 100 dólares por barril.