Con la premisa de que empleo y productividad son condiciones indispensables para lograr el desarrollo, y que ninguno de los países latinoamericano ha logrado esa combinación virtuosa, la Comisión Económica para América Latina (Cepal) lanza hoy su informe ‘Cambio estructural para la igualdad’, en el marco del inicio de las sesiones de ese organismo de Naciones Unidas.
Según Cepal, uno de los frenos para la meta de conseguir un mayor desarrollo en la región es la polarización de la estructura productiva.
“La Cepal propone diversificar la economía, aplicando políticas industriales en combinación con políticas macro, sociales y laborales. Esto permitiría dinamizar la estructura productiva, fortalecer las economías ante choques externos y garantizar la prosperidad social”, señala el informe.
Ojo con la minería
Para la Cepal, los estados deben estar alerta ante las diferencias de rentabilidad entre actividades, de manera que no concentre solo allí la inversión.
El estudio destaca que si el impulso se concentra en actividades como la extracción de recursos naturales, la estructura productiva se mantendrá bloqueada.
La directora ejecutiva de Cepal, Alicia Bárcena, señala que en el continente “urgen políticas que premien la innovación, la difusión de tecnología y el aprendizaje. El Estado debe proporcionar incentivos, ya que la ampliación de la base tecnológica no surge espontáneamente del sistema de precios y del libre mercado”.
El binomio inalcanzable
Ya que el empleo y la productividad son condiciones necesarias para superar la pobreza y la desigualdad, la Cepal llama la atención sobre la situación que está ocurriento en América Latina, donde son las pequeñas y medianas empresas las que concentran la mitad del empleo, pero tienen muy bajos niveles de productividad. “Esto repercute negativamente en la redistribución del ingreso”.
Advierte el informe que “los sectores de mayor productividad producen dos terceras partes del producto interno bruto, pero generan apenas 19,8 por ciento del empleo en la región”.
En cambio, sectores de menor productividad producen 10,6 por ciento del PIB, pero representan 50,2 por ciento del empleo. Esto es parte de lo que requiere un cambio.