Entre los países latinoamericanos, Colombia parece ser uno de los menos vulnerables y más preparados en caso de una desaceleración de China.
Así se desprende de un documento llamado ‘¡Cuidado con el Dragón! Latinoamérica y su Exposición a China’, publicado en el blog del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Señala que, en la medida en que han aumentado las relaciones comerciales y de inversión entre ambas regiones, América Latina debería preocuparse (y prepararse) más en caso de que la economía china siga enfriándose.
“Una transición gradual hacia un sendero de crecimiento más lento pero más balanceado en China es bienvenida. Pero los choques afectan a Latinoamérica, por lo que la región debe estar preparada para eventuales desvíos con respecto a esa transición suave”, dice.
En ese sentido, insiste en que la preparación viene de la mano de “políticas fiscales prudentes, baja inflación y tipos de cambio flexibles”, temas en los que Colombia ha tenido un desempeño destacado en la región.
Añade que son necesarias reformas estructurales en infraestructura, educación y clima de negocios, “lo que ayudaría no solo a aumentar el crecimiento potencial de la región, sino también a reducir la probabilidad de que eventuales sorpresas negativas al crecimiento de China desaten una crisis de confianza en América Latina”.
LOS RIESGOS
En el análisis, realizado por dos economistas del organismo, se advierte que hay varios canales de transmisión de lo que ocurra en el país asiático.
El primero, lógicamente, tiene que ver con las materias primas, cuyos buenos precios impulsaron el dinamismo de la economía latinoamericana en la última década.
Por un lado, China es el principal comprador de dichos productos en el mundo, de manera que lo que ocurra con la demanda en ese mercado incide en los precios.
De hecho, el informe señala que, una sorpresa negativa en el crecimiento chino tiene un impacto fuerte en los precios del cobre, níquel, petróleo en la referencia Brent, plomo, y en menor medida el estaño y el aluminio.
Justamente, los bienes básicos (alimentos, minerales e hidrocarburos) son mayoría en la canasta exportadora.
En Chile, la minería participa con el 60 por ciento de las exportaciones, en Colombia el petróleo y minas tienen una proporción similar y en Perú rondan el 50 por ciento.
Sin embargo, al ver los destinos, China es el principal socio comercial de Chile y Brasil, el segundo de Perú y Argentina y el tercero de Colombia.
El país asiático tiene una participación del 11,4 por ciento en las ventas externas colombianas, y más del 90 por ciento están concentradas en combustibles.
En los demás países la concentración es similar pero los montos que compra el mercado chino son muy superiores.
Adicional a esto, otro riesgo está relacionado con la inversión extranjera en proyectos mineros o petroleros.
Si bien China tiene una participación relevante en servicios petroleros en Colombia, lo cierto es que en otros países la presencia es más difundida.
los ojos del mercado
El otro canal de transmisión está relacionado con los mercados financieros, dice el informe.
Un síntoma del efecto de un cambio en la economía china sobre la percepción de los inversionistas frente a los países es el movimiento de la tasa de cambio.
Así, un movimiento sorpresivo de China golpea las monedas de Polonia, Brasil, Chile y Turquía, seguidos de lejos por Colombia y México.
Todos ellos comparten la característica de ser exportadores de materias primas. Perú tiene un efecto más limitado por cuenta de las intervenciones cambiarias que hay en ese país.
China como fuente de financiamiento es otro riesgo para países como Argentina, Ecuador y Venezuela, cuyas opciones de fondeo son limitadas.