Sin embargo, no es nuevo en el mercado de la telefonía celular en Latinoamérica, pues por más de diez años trabajó para otra tecnológica, Nokia, abriendo mercados en la región.
Explica que los resultados negativos, en utilidades y en el valor de la acción, presentados a nivel global, fueron contemplados desde hace un año cuando se rediseñó una estrategia proyectada a largo plazo.
¿Cuál es su reto al asumir la dirección del área andina de BlackBerry?
Ha habido tres grandes olas en esta industria. Primero, la adopción de los celulares, antes del 2000: teléfonos costosos y grandes, para un segmento de poder adquisitivo. Una segunda ola, cuando el celular se masificó; y la tercera ola, la actual, cuando lo importante no es tener la comunicación, sino que el teléfono inteligente sea un computador en el bolsillo. Colombia y Venezuela están de lleno en esta revolución. Hay una migración tremenda y quiero hacer parte de eso, porque nuestra nueva plataforma es perfecta para toda esa población que está migrando.
Entre Venezuela, Ecuador y Colombia, ¿cuál es el mercado de mayor proyección?
En Colombia se nota un buen momento económico. Crece casi el doble frente a otros países emergentes. Hay identidad con la tecnología y eso es clave para BlackBerry, porque tenemos una base importante instalada, siendo la primera o segunda marca de smartphones. Es una buena base para partir hacia el siguiente escalón, es decir, el futuro de la computación móvil.
¿Cuál es la estrategia para que esa migración ,del Blackberry 7 masivo al Blackberry 10 moderno y más costoso, sea exitosa?
La empresa se dio cuenta de que no podía seguir siendo el telefonito con el teclado, sino que había que apostar al futuro. Hace año y medio empezaron a hacer adquisiciones que encajan dentro de esta visión, como QNX, que desarrolla el programa operativo que está en la raíz del Blackberry 10. A partir de ahí se diseñó una experiencia de usuario, y de cómo debe funcionar un sistema operativo, que va más allá de lo que ya está en el mercado, y se armó un plan para hacerlo poco a poco, sin divulgarlo inmediatamente. Al usuario le ponemos nuevos teléfonos en el mercado como el Z10, lanzado hace tres meses, o el Q10, lanzado hace una semana. Aparatos nuevos, plataforma reinventada hacia el futuro, uno o dos pasos adelante de los demás.
¿Eso cómo se logra?
Tratamos de ser lo más simples posibles, como siempre ha sido esta marca. Poder usar el teléfono con una mano, diseños ergonómicos. Con una especie de hub, donde están mensajes, e-mails, redes sociales, centralizado e integrado en un mismo centro de operaciones.
Colombia entrará en la era del 4G (LTE) ¿los nuevos teléfonos son aptos para esta tecnología?
Cuando digo que pensamos en el futuro es porque miramos uno o dos pasos hacia adelante, y nuestros teléfonos ya tienen esa tecnología. Trabajamos cerca de los operadores para asegurar que habrá lanzamientos adecuados de esta tecnología, para llegar al mayor número de usuarios, pero eso tomará cierto tiempo.
Para el usuario ¿los nuevos teléfonos de BlackBerry son costosos?
Igual que todo mercado, cuando se trata de introducir un nuevo producto. Hemos querido lanzar teléfonos aspiracionales, que la gente quiera tenerlos, desde el segmento más alto, y luego llegar a segmentos diferentes.
¿Cómo se diferencian los mercados venezolano, ecuatoriano y colombiano?
Los tres se caracterizan por tener lo novedoso. El usuario colombiano busca algo más sólido, que le dure más; el venezolano no tiene problema con rotar su equipo a medida que llega otra moda, y el ecuatoriano es algo más conservador, pero los tres son aspiracionales.
Cuando cae la acción en Wall Street y las utilidades no son las esperadas, ¿cómo reacciona la firma?
Estados Unidos es un mercado de referencia, pero es cortoplacista, y nuestra estrategia es a largo plazo. No podemos parar un proyecto porque en un trimestre Wall Street dice que vamos mal. Los resultados van tal como los esperábamos, porque hicimos un cambio radical frente a lo que era RIM (Research In Motion), y eso tarda en dar resultados. Tenemos claro qué es lo importante para nosotros: mercados emergentes, y dentro de esos, Colombia será un protagonista importante. Tenemos dos negocios paralelos, la plataforma BB7 de toda la vida y la nueva BB10. Vamos a seguir apostando a las dos cosas durante un tiempo, y habrá una transición gradual entre ambas en el mediano plazo.
¿Por qué bajó el ritmo de crecimiento?
“No lo veo como un fallo. Hay solidez económica, ideamos una nueva plataforma en un año, compramos tecnológicas adaptadas a nuestra visión.
Eso es un éxito, porque no nos quedamos en la misma manera de hacer las cosas ante un mercado cambiante. BlackBerry se adaptará a lo que pida el mercado.
Hay un plan agresivo hasta final de año, en publicidad en medios, campañas en redes sociales y lanzamientos.
Estamos orgullosos de que otras empresas se fijen en nosotros, por la marca, las patentes, pero nuestra apuesta es a futuro y analizamos otras compras que se apliquen a nuestra visión. Tenemos buena caja, y eso es clave a la hora de invertir en investigación y desarrollo y compra de innovación”.