"Esta intervención está creciendo mucho", explicó José María Palacín, cirujano plástico de un centro de Barcelona en el que se hacen ese tipo de intervenciones.
Según Palacín, cada vez se detectan con mayor frecuencia signos inequívocos del consumo de cocaína en personas que se exploran a fondo por problemas de respiración, traumatismos faciales, accidentes de circulación o que quieren ser sometidos a una operación estética.
Cuando los médicos les avisan de los peligros de su adicción "la mayoría niega su condición de consumidores" de esta droga, añadió.
El perfil de este tipo de pacientes adictos a la cocaína es tanto de hombres como mujeres de 30 a 50 años, y los síntomas menores en las fosas nasales son hemorragias, pequeños silbidos de la nariz y formación de mucosidades excesivas con costras sangrantes.
Sin embargo, para una perforación del tabique nasal el consumo debe ser frecuente y de importancia durante más de dos años, y el nexo común en esos casos es que tienen la nariz deformada y torcida.
Según los últimos datos aportados por la ONU, la tasa de consumo de cocaína en España ha superado, por primera vez en la historia, la de Estados Unidos, y cuadruplica la media europea.
Son datos que reflejan un importante problema de salud pública, ya que se estima que uno de cada cinco consumidores europeos es español.