De cada cien pesos que creció la economía, los hogares pusieron 80 pesos de mayor consumo.
El mayor consumo de los hogares permitió que el comercio fuera la rama de la economía con el segundo mayor aporte al aumento del PIB.
La rama de comercio, reparación, restaurantes y hoteles creció 7,2 por ciento pero, por ser uno de las de mayor tamaño, respondió por 16 pesos de cada cien que creció la economía.
La rama de los establecimientos financieros creció 6,1 por ciento, pero su gran tamaño le permitió dar el mayor aporte al crecimiento, con 22 por ciento del mismo.
Los minerales son la rama que, individualmente, crece más, con 10,3 por ciento pero, por ser de menor tamaño, sólo está en el tercer lugar de mayor aporte al crecimiento total, con el 14 por ciento.
De hecho, la actividad minera solo contribuyó con ocho de cada cien nuevos empleos creados en el país entre abril y junio.
En cambio, el comercio aportó 38 de cada cien nuevos puestos de trabajo, mientras la industria puso el 32 por ciento de los nuevos empleos.
Los negocios financieros, pese a que tienen el mayor aporte al crecimiento económico, redujeron un empleo por cada cien nuevos trabajos creados.
Por el lado de la demanda, la inversión en capital fijo (como maquinaria, infraestructura, edificaciones o equipo de transporte) explica el 70 por ciento del crecimiento.
La suma del consumo, la inversión y otros componentes es mayor a ciento por ciento por cuanto, a su vez, se les resta el peso de las importaciones que hace el país.
El presidente, Juan Manuel Santos, señaló que “la cifra del 5,2 por ciento es una cifra muy positiva.
Sector privado celebra
Entre tanto, desde el sector privado, el presidente del Grupo Sura, David Bojanini, destacó que el país pasa por un excelente momento, no porque un crecimiento de 5,2 por ciento sea suficiente para superar problemas como los niveles de pobreza, sino que se presenta en medio de temores sobre la desaceleración en Estados Unidos y Europa.
Para analistas como Daniel Velandia, de Correval, “el acumulado del semestre es de 5 por ciento que, si bien es relativamente alto, limita la posibilidad de que la cifra del año se acerque al 6 por ciento”.
En comparación con el primer trimestre anterior, el incremento es notorio, pues la cifra revisada por el Dane ubicó el crecimiento económico de enero a marzo en 4,7 por ciento y no en 5,1 como se había establecido inicialmente.
En lo que tiene que ver con el transporte, que también registró un comportamiento positivo de abril a junio, al alcanzar una cifra de 7,1 por ciento, el impulso lo llevaron el tráfico aéreo y los servicios complementarios del sector.
Entre tanto, se ubicaron por debajo de la tasa promedio de crecimiento, sectores como servicios sociales (2,3 por ciento).
En la misma situación estuvo la agricultura (2,2 por ciento), donde se destaca la caída del café, de 20 por ciento.
“El resultado trimestral es bajo, pero el acumulado del semestre no”, indicó el director del Dane.
Las industrias manufactureras solo crecieron un 2 por ciento, lo que para Ricardo Bonilla, del Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID), no es para nada una buena señal. “Hay una enorme brecha entre el crecimiento del comercio y el industrial.
Mientras el primero crece por encima del 7 por ciento, la industria apenas lo hace al 2 por ciento; eso significa que los colombianos estamos demandando más productos importados y estamos contribuyendo a desindustrializar al país, algo negativo para la meta de construir una economía diferente, estable y sostenible para el futuro”.
LOCOMOTORAS DE MINERÍA Y VIVIENDA, LAS DE MOSTRAR
MINERÍA, UNA DE LAS QUE YA ESTÁ EN MARCHA
De un crecimiento de 9,1 por ciento en el primer trimestre pasó a 10,3 en el segundo, lo que confirma que sigue a alta velocidad. La expansión de ese sector se les debe, casi en su totalidad, al petróleo y al gas.
En cambio, los minerales metálicos cayeron 28,9 por ciento, y el carbón solo creció al ritmo de 0,6. Para algunos analistas, si el país sigue en manos del petróleo, corre el riesgo de dejar atrás a las demás locomotoras, lo que no ayuda a la sostenibilidad de la economía.
CORRUPCIÓN E INVIERNO AÚN FRENAN LA INFRAESTRUCTURA
La esperanza que Colombia tiene en la infraestructura, para la generación de empleo y el impulso del desarrollo aún no se materializa. La caída de las obras civiles en el segundo trimestre fue del 7,6 %.
El panorama promete ser distinto, de acuerdo con anuncios del ministro de Transporte, Germán Cardona, que el próximo lunes presentará el nuevo portafolio de proyectos de infraestructura vial.
VIVIENDA, CON IMPULSO DE ESTRATOS MEDIOS
Las edificaciones crecieron 8,8 por ciento. En el segundo
trimestre, el área en construcción se concentró en los estratos 3 y 4, con una participación conjunta de 53,4 por ciento.
Para la ministra Beatriz Uribe, “la dinámica seguirá siendo positiva, porque el impulso lo aportó el área aprobada de licencias, obras que inician, créditos hipotecarios y despachos de cemento”.
AGRO, AÚN SIN MUCHA GASOLINA
Esta es otra de las locomotoras que andan a baja velocidad. Su crecimiento fue del 2,2, frenado, entre otras cosas, por el desplome del café. “El resultado trimestral es bajo, pero el acumulado del semestre no”, indicó el director del Dane. La expectativa está en las medidas tributarias que adoptará el Ministerio de Hacienda, para impulsar el desarrollo de este sector.
LA INNOVACIÓN TOMA IMPULSO
La innovación es transversal a los demás sectores, lo que hace complejo visualizar su avance. La brecha entre la dinámica del comercio y la de la industria señala que aún no hay impulso, dice Ricardo Bonilla, de la Universidad Nacional, pero, dentro de los logros del país destacados por el Foro Económico Mundial, la innovación fue el tercer pilar en el ascenso.
Redacción de Economía y Negocios