El Gobierno colombiano y el sindicato de los trabajadores de la educación no consiguieron llegar el pasado fin de semana a un acuerdo para poner fin a la huelga que los maestros iniciaron el pasado 22 de abril, informó la Defensoría del Pueblo.
La mesa de diálogo se instaló el pasado jueves con la mediación de la Defensoría, y en la sesión del domingo, que se prolongó por 20 horas, hasta la mañana del lunes, las partes no pudieron ponerse de acuerdo.
El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, dijo a periodistas que el Gobierno está dispuesto a aumentar un 12 % el salario de los profesores para satisfacer, una propuesta planteada por el defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora, con el objetivo de acercar posiciones entre las dos partes.
Cárdenas destacó que ese incremento salarial, que aumenta en dos puntos porcentuales la propuesta inicial del Gobierno, debe ser una "fórmula integral para resolver este problema".
Los representantes de la Federación Nacional de Educadores (Fecode) habían rechazado previamente el aumento del 10 % al considerarlo insuficiente.
Además de incrementos salariales, los maestros piden que mejoren las infraestructuras educativas y rechazan un examen que evalúa la calidad de los educadores porque argumentan que esa prueba es utilizada para frenarles las posibilidades de ascenso laboral.
En un comunicado divulgado este lunes, Fecode pidió que sea el propio presidente colombiano, Juan Manuel Santos, el que negocie con los profesores, tarea que hasta ahora ha estado en manos de la ministra de Educación, Gina Parody, y de sus homólogos de Trabajo, Luis Eduardo Garzón, y de Hacienda, Mauricio Cárdenas.
"Fecode hace un llamado al presidente de la República, Juan Manuel Santos, para que asuma la dirección de la comisión negociadora y presente soluciones concretas a las justas peticiones del magisterio", señala el comunicado.
Según Fecode, "la comisión gubernamental ha expuesto una serie de limitaciones a la hora de la negociación" y por esa razón la mesa de diálogo se levantó poco antes de las 7:00 a.m. del lunes "a la espera de que sea el presidente Santos quien dé instrucciones claras sobre el camino a seguir". "Fecode mantiene el paro nacional indefinido", agrega el comunicado en el que además asegura que mañana entregará a la Presidencia de la República más un millón de un firmas que se han recogido para solicitarle a Santos "que designe en el Ministerio de Educación a una persona que enfrente la actual crisis".
Por su parte, el ministro del Trabajo afirmó que las negociaciones se dieron en un "ambiente positivo y amable" en el que se han hecho "todo tipo de formulaciones pero no podemos crear más expectativas ni ilusiones". "Aspiramos a que hoy prime la reflexión y la necesidad de volver a encontrar espacios de normalidad", afirmó.
Otálora, quien ha ejercido como intermediario entre ambas partes, aseguró que "lo ideal es lograr un acuerdo conjunto y seguiremos trabajando para que las partes sigan sentadas a la mesa".
Sin embargo, destacó que "la preocupación que nos ha quedado es el de los niños en la calle", una inquietud que también ha expresado el Gobierno, ya que mientras dura la huelga unos nueve millones de alumnos de primaria y secundaria de escuelas públicas no están acudiendo a las aulas.
LA MANZANA DE LA DISCORDIA ENTRE GOBIERNO Y FECODE
La ‘batalla’ que está enfrentando al Ministerio de Educación y a la Federación de Educadores Colombianos (Fecode) ha sacado a la luz diversos análisis y opiniones alrededor de la educación pública en el país.
Los argumentos vienen de lado y lado. Desde pensar que en los países desarrollados los maestros tienen salarios justos, mientras que en Colombia no, hasta ubicarse en la otra orilla y sugerir que Fecode está evitando la evaluación de los docentes pidiendo recursos que el país no puede financiar.
Ambos extremos pueden tener parcialmente la razón. En el primer caso, los maestros colombianos ganan 28 por ciento menos de lo que se le paga a otros funcionarios del mismo nivel. En el segundo caso, el sindicato de educadores no ha mostrado flexibilidad alrededor del tema de las evaluaciones.
Hay quienes opten por mantenerse en posiciones radicales. Pero resulta fundamental, sobre todo por los estudiantes, que el Gobierno y los maestros encuentren un punto intermedio y lleguen a un acuerdo.
El primer ‘mordisco’ de la manzana de la discordia es la nivelación salarial.
Las cuentas de Fecode muestran que el salario promedio de un profesor está por debajo de 2.500.000 pesos. Puntualmente, los docentes reciben 1.121.000 pesos, pero por los descuentos, este salario se reduce hasta 800.000.
Por el contrario, el Ministerio de Educación afirmó que los salarios de los educadores tuvieron un aumento de un punto adicional frente a los demás funcionarios públicos. Las cifras del Mineducación señalan que los maestros recibieron un aumento de 4,44 % en julio de 2014.
El segundo punto que distancia a educadores y Gobierno es el servicio de salud.
Uno de los argumentos principales para que Fecode haya decidido ir a paro es la falta de “garantías de salud para los profesores y sus familias”.
La posición de la cartera de Educación es que los docentes “tienen un régimen excepcional, muy por encima al régimen de la Ley 100, que beneficia a aproximadamente a 850 mil personas y le cuesta al Estado más de 1,38 billones de pesos al año”.
Otro de los argumentos del Ministerio es que el modelo de salud para los educadores incluye una inversión superior en 50 % al de las demás entidades estatales. Dentro de los privilegios con los que cuenta Fecode se contabiliza el no pago de cuotas moderadoras y copagos, cobertura de medicamentos y atención de enfermedades de alto costo.
Juan Sebastián Rojas
Portafolio.co