Mientras los departamentos reclaman que sus rentas locales no les alcanzan porque están soportadas en los impuestos por consumo de licores, cigarrillos y cerveza –productos sujetos a campañas para desestimular su uso– el contrabando hace de las suyas y logra ingresos descomunales.
Según el informe final del estudio ‘Adulteración y falsificación de bebidas alcohólicas’, realizado por Fedesarrollo, el contrabando, en general, genera unos 6.000 millones de dólares anuales en el país. Es decir, casi la mitad de las ganancias que obtuvo Apple en todo un trimestre de esfuerzo comercial.
Uno de los impactos mayores del contrabando está en el recaudo de impuestos, pero también en la estabilidad de las licoreras. El estudio señala que por este flagelo se pierden 1.500 millones de dólares de ingresos tributarios, es decir, 0,5 por ciento del Producto Interno Bruto. Dentro de la ilegalidad, uno de los mercados más rentables es el de bebidas alcohólicas, indica el informe, razón por la cual en el país no despega el negocio de estas empresas. Es más, pasaron de ser 23 a solo 14.
No obstante, no hay que desconocer que también hay otros motivos que explican la baja rentabilidad de las licoreras. El informe destaca que estas “se han visto sumergidas en escándalos de malos manejos o manejos políticos de su producción (como es el caso actual de la Industria Licorera del Valle, en la que hay investigaciones sobre desvío de degustaciones)”.
En consecuencia, pese a que el recaudo de los impuestos al consumo crece en los últimos años, no sucede lo mismo con las ganancias de las empresas o fábricas de licores, advierte el estudio.
MARTHA MORALES MANCHEGO
REDACCIÓN DE ECONOMÍA Y NEGOCIOS