El secuestro de un bebé de 11 meses que mantuvo por una semana en vilo a Colombia culminó este martes al ser hallado el cuerpo del pequeño, asfixiado y envuelto en una lona, en un bosque cerca a Bogotá, a donde lo habría arrojado su padre, un crimen que desató una ola de repudio.
"Esta es una afrenta a la nación entera", dijo el presidente Álvaro Uribe. También se pronunciaron condenando el hecho jerarcas de la iglesia Católica, legisladores y autoridades judiciales.
La ex presidenta del Congreso, Dilia Francisca Toro, recordó que está en marcha una iniciativa que "busca recoger 3,5 millones de firmas para pedir que se implante la cadena perpetua para violadores, secuestradores y homicidas de niños".
El bebé fue arrebatado de los brazos de su madre, el 24 de septiembre, por dos personas encapuchadas que la agredieron cuando se encontraba en su vivienda.
Tras conocerse del secuestro los habitantes de Chía realizaron una movilización, encabezada por los padres del menor, Clara Lozano y Orlando Pelayo, para pedir su devolución.
Pero el domingo la policía informó que Pelayo, quien no vivía con la madre, tras ser sometido a un detector de mentiras había confesado que pagó 500.000 pesos a una mujer para hacer desaparecer al bebé y evitar así el pago de su manutención.
Tras la confesión del padre, la policía inició el rastreo en una zona boscosa de Chía, en donde fue hallado por la policía.
El general Luis Pérez, comandante del Grupo Antisecuestro de la policía (Gaula), confirmó el hallazgo y dijo que el bebé fue asesinado, al parecer por asfixia, la misma noche del secuestro. "Es muy triste, es un día de luto para todos los colombianos", expresó compungido ante las cámaras.
El fiscal general Mario Iguarán señaló en conferencia de prensa que el cuerpo del menor fue encontrado "gracias a la confesión del padre asesino", al que calificó de "hiena".
"Lo hemos encontrado en el lugar donde el asesino dijo haberlo dejado", anotó Iguarán, quien señaló que el organismo judicial le imputará al padre "los cargos de homicidio y secuestro agravado".
El caso refleja el drama de la violencia que afecta a la niñez en Colombia, donde tan solo en los primeros cinco meses de este año se han producido 26 secuestros de menores, de los cuales cuatro aún permanecen en cautiverio según la privada ONG País Libre que atiende a las víctimas del secuestro.
En 2007, de acuerdo con esas mismas estadísticas, 60 niños fueron plagiados y de ellos seis siguen en poder de sus captores.
Por su parte, el estatal Instituto de Medicina Legal señaló en un informe que entre enero y agosto 520 menores de 18 años fueron asesinados. En todo 2007 esa cifra fue de 829, de ellos 71 menores de cuatro años.
Carlos Osorio
AFP