La salida de Natalia Gutiérrez Jaramillo de la Agencia Nacional de Minería, ANM, estaba cantada desde hace un mes.
La funcionaria, que aludió a razones personales para su renuncia, será reemplazada por su vicepresidente de Seguimiento, Control y Seguridad minera, Javier García Granados. Con él ya son seis los presidentes que ha tenido la entidad, encargada de administrar los recursos mineros del país, en cuatro años.
Esta interinidad que se ha hecho constante en el sector minero, tiene preocupados tanto a empresarios como a gremios, que ven que mientras los precios se desploman, la actividad ilícita gana terreno y las solicitudes de cesiones, títulos y extensiones mineras se aglutinan, el país cambia sus funcionarios al menos una vez cada año.
La Agencia es una entidad relativamente joven, fue creada en el 2011, pero empezó a trabajar en forma en el 2012, bajo las direcciones de Oscar Paredes (que presidía el Ingeominas) y el primer viceministro de Minas del país, Henry Medina.
Fue nombrada como presidenta la exministra de Ambiente, Beatriz Uribe, cuyo paso por el cargo fue de solo tres meses. A Uribe le siguió la ingeniera María Constanza García, quien, hasta ahora, es la que más tiempo ha estado en la silla presidencial de la ANM, dos años. En el 2014, renunció y nombraron al abogado Juan José Parada, quien se desempeñaba como jefe de la Oficina Jurídica del Ministerio de Minas y Energía, y en septiembre del año pasado fue nombrada Natalia Gutiérrez, quien venía de desempeñarse como viceministra del interior.
Mientras tanto, en esta década han sido nombrados cinco ministros de Minas y Energía y cuatro Viceministros.
“No son buenos los nombramientos transitorios, nos preocupa la inestabilidad en ese cargo. Aspiramos que la Agencia logre tener continuidad porque el sector lo necesita”, explicó Alfonso Saade, vocero de la Federación Nacional de Productores de Carbón, Fenalcarbón.
NECESIDADES DE LARGO PLAZO
Para el presidente de Fedesmeraldas, Óscar Baquero, el problema no es tanto el cambio de presidente como la inestabilidad en las políticas y los retrasos en los procesos.
“Cada año cambian ministros y directores, cada uno trae políticas distintas. No importaría que el director cambie si existieran políticas establecidas a largo plazo, y no políticas por periodo”, señaló Baquero.
A esto se suma que en este momento la Agencia tiene una congestión de procesos frenados, algunos por cuenta de fallos judiciales y otros, por ineficiencias administrativas.
Así lo advirtió la Contraloría en su última auditoría a la ANM: “En cuanto a la aprobación de las solicitudes de títulos mineros se está demorando entre 5 y 11 años, situación generada por falta de mecanismos de control que permitan determinar los tiempos en cada una de las actuaciones administrativas”.
Adicionalmente, dice que en el último año el programa de descongestión de contratos de concesión, autorizaciones temporales y solicitudes de legalización de minería de hecho prácticamente se paralizó.
Hoy hay más de 13.000 trámites paralizados, algunos con más de 19 años de retraso.
De acuerdo con el presidente de Asocarbón, Jaime Rodríguez, el problema de la Agencia es institucional: “Llevamos 2 años procurando que se modifique la resolución de las regalías. Tenemos un par de contratos de solicitudes que no se han resuelto en los plazos que son, ese no es un tema de la presidenta Natalia, ni de Javier, sino de recursos que le permitan atender estos retos”, aseguró.
Pero, como dice el presidente de una minera que prefiere no ser identificado en este artículo, “con esta rotación de ministros, viceministros y presidentes es imposible tener una política de estado estable”, señaló.
DIFERENCIAS IRRECONCILIABLES
La gestión de Natalia Gutiérrez tuvo sus seguidores y sus detractores. Sin embargo, las diferencias públicas y privadas entre la funcionaria y el Ministro de Minas y Energía y la Viceministra de Minas, parecían insostenibles.
“No entro a juzgar la bondad o no de la salida de Natalia Gutiérrez, pero cuando el presidente de la Agencia no está de acuerdo ni con la viceministra ni con el ministro, cuando se ven tantas discrepancias, la salida termina siendo saludable”, aseguró el empresario consultado.
Diferencias de interpretación entre el Ministerio y la Agencia en el mecanismo de asignación de títulos y controversias entre la Agencia y con la administración anterior por contratos firmados para formalización minera dificultaron la armonía.
Los empresarios y los gremios consultados para este artículo coinciden en que lo que viene es buscar a una persona que tenga conocimientos mineros y que tome decisiones, para superar esta crisis institucional.
Para Alfonso Saade, en resumen, el nuevo presidente debe ser un líder: “La Agencia necesita una actitud proactiva, una búsqueda más creativa de soluciones a la situación de crisis en la que se encuentra el sector del que dependen tantos empleos en el país”.
También es preferible que su periodo dure más que algunos meses.
Nohora Celedón
@NohoraCeledon