Pese a las dificultades generadas por el invierno y al impacto del dólar barato, la diferencia entre ingresos y gastos de la Nación, que se conoce como déficit fiscal, está reportando resultados mejores a los esperados.
Cifras del Ministerio de Hacienda muestran que en el Sector Público Consolidado (SPC) este indicador se ubicó en 3,2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en el 2010, lo que lo pone por debajo de lo proyectado en los Marcos Fiscales de Mediano Plazo del 2009 y del 2010, en los que se estimaba que los déficit serían de 3,4 y 3,6 por ciento, respectivamente.
En pesos, al cierre del 2010, el déficit del SPC fue de 17,7 billones, 0,5 puntos porcentuales por encima del año pasado, lo que, según el Ministerio, se debió al deterioro que experimentó el sector público no financiero, cuyo déficit pasó de 2,4 por ciento a 3,1 por ciento del PIB.
También pesó en este resultado el hecho de que el balance de Fogafín y del Banco de la República, que venían en superávit, disminuyó en 0,1 puntos porcentuales cada uno.
El déficit proyectado para el 2010 había sido ubicado en 3,6 por ciento, teniendo en cuenta las necesidades económicas inesperadas que trajo consigo la atención de la emergencia invernal.
Aun así, el resultado fue menor, para bien de la economía del país, debido a las medidas aplicadas por el Gobierno, para conseguir recursos de un lado y de otro sin tener que acudir a más endeudamiento.
La atención de la emergencia invernal significó un déficit adicional por cerca de 1 billón (0,2% del PIB).
En lo que tiene que ver con el balance del Gobierno central (GC), el déficit pasó de 4,1 por ciento en el 2009 a 3,8 en el 2010, pese a que el efecto económico de la ola invernal requirió del GC, recursos por 848 mil millones de pesos.