Durante el primer semestre, la Inversión Extranjera Directa (IED) se contrajo 8,4 por ciento, lo que dispara una alerta sobre la sostenibilidad del mecanismo con que el Gobierno está financiando su déficit de cuenta corriente.
Actualmente, ese déficit, es decir, la diferencia entre los ingresos y los gastos del país, representa el 3,3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que la IED representa el 4 por ciento del PIB.
Gracias a eso, Luis Fernando Mejía, director de política macroeconómica del Minhacienda, explica que hoy, el ciento por ciento del déficit se financia con IED.
Sin embargo, Anif dice que los problemas del sector energético, como baja en la producción de hidrocarburos, en la de carbón y las recientes voladuras que afectan la producción de materias primas, “han hecho menos atractiva la IED y dicho déficit tendría que recargarse sobre la deuda pública y privada”.
Lo grave es que el déficit de cuenta corriente, por cuenta de la balanza comercial, seguiría aumentando en los próximos meses, a pesar de la variación positiva (2,9 %) que tuvieron las exportaciones en mayo pasado. “La información preliminar del segundo trimestre muestra un crecimiento negativo promedio de 5,1 %, confirmando el deterioro en línea con la debilidad de la demanda global”, advierte Corficolombiana.
Sin embargo, al Ministro de Hacienda la situación no le preocupa. “El déficit de la cuenta corriente está en 3,3 por ciento del PIB y es sostenible, manejable y lo cubrimos con creces con IED, sin tener que recurrir a financiamiento de corto plazo, eso le da mucha solidez a la economía”, dice Mauricio Cárdenas.
“El riesgo real sería si se tuviera que acudir a la inversión de portafolio para financiar el déficit de cuenta corriente”, opina Alexander Riveros, del equipo de Investigaciones Económicas de Bancolombia. “Si uno compara a Colombia con otros países, el país está financiando el déficit, casi en ciento por ciento, con flujos de largo plazo; en Brasil, eso no llega a 40 por ciento y representa mayor vulnerabilidad porque deprecia la tasa de cambio”, agrega.
De todas maneras, Daniel Velandia, de Credicorp Capital, dice que, aunque es mejor que el déficit esté financiado por IED, “de los dineros que ingresan por inversión de portafolio, solo una pequeña proporción podría irse y poner en riesgo el déficit de cuenta corriente”, en el caso en que el Gobierno tuviera que financiarlo con esta inversión, como ocurrió durante el primer trimestre, cuando se usaron 600 mil millones de pesos de la inversión de portafolio, porque el déficit representó 4 billones de pesos y la IED, 3,4 billones. “Esos inversionistas son de carácter estructural, llegan a quedarse, así que, aunque hay riesgo, sería mínimo en el mediano plazo”.
Sin embargo, como dice Alexander Riveros, economista de Bancolombia, para el país el desafío será mantener los niveles de IED “superiores a los 16 mil millones de dólares anuales”. Eso, sumado a la recuperación esperada en la producción de hidrocarburos, y, de paso, el aumento de las exportaciones serían el escenario ideal para que el Gobierno no tenga líos a mediano plazo para cubrir el déficit en cuenta corriente.
LA IED SE DIVERSIFICA
La balanza comercial es el componente más importante de la cuenta corriente de la nación. En abril pasado, esa balanza fue negativa, situación que no ocurría desde el 2007.
Eso, sumado al dato de caída en la Inversión Extranjera Directa fue la alarmas sobre la manera en que se cubre el déficit de cuenta corriente.
Es decir, con menos producción y exportaciones de hidrocarburos y menos inversión extranjera directa en el país, el Gobierno tendría que acudir a los flujos que ingresan a TES y acciones, por ejemplo, lo que genera un riesgo alto.
Hay un hecho para destacar y es que los flujos de Inversión Extranjera Directa que llega al país están diversificándose.
Datos del equipo de Investigaciones Económicas de Bancolombia señalan que el 25 por ciento está llegando al sector industrial y otro porcentaje importante a los sectores del comercio y financiero.