En el 2000, la cifra de desempleo en el país no fue tan positiva como la de hoy (19,7 %); y es que según cifras del Dane, el índice de desocupación en 2014 fue del 9,11 %; lo que quiere decir que en los últimos 14 años, la desocupación ha bajado la no despreciable cifra de 10,59 %. Según los expertos, esto se debe a que se ha aprovechado el crecimiento económico en los pasados años (hay sectores que ayudaron a bajar esta cifra, básicamente el comercio y la construcción) para generar empleos de calidad. Los ocupados han crecido en promedio 3 % al año desde el 2010, un punto porcentual por encima del promedio de los primeros diez años del siglo.
“Esta dinámica del empleo y las remuneraciones al trabajo han fortalecido la economía local, y la han dinamizado. Es por eso que, a pesar de la crisis económica mundial derivada de la caída de los precios de petróleo y los efectos que esto trae en la economía nacional, se ha podido generar un escenario de estabilidad e inclusive de crecimiento de la población ocupada.
“Gran parte de las ganancias en materia de empleo que ha logrado el país se deben al fortalecimiento de la institucionalidad laboral en el país. Antes, gran parte de las medidas laborales se enfocaban en la inspección, vigilancia y control del trabajo. Ahora, con la creación del Ministerio del Trabajo en el 2011 y el Servicio Público de Empleo en el 2013, la política laboral comienza a abordar muchos más temas asociados a la promoción de la empleabilidad y la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores”, comenta el economista Miguel Ángel Cardozo.
¿SE PODRÁ MANTENER EN UN DÍGITO?
Ahora bien, la pregunta aquí es ¿se mantendrá esta cifra a pesar de la desaceleración económica que vive el país? Según Saúl Pineda, director del Centro de Pensamiento en Estrategias Competitivas de la Universidad del Rosario, es muy probable que la economía colombiana vaya a presentar una importante desaceleración para el año 2015. No obstante, también es posible prever una recuperación paulatina en los siguientes años. En virtud de esta desaceleración es posible que baje la cantidad y calidad de los empleos demandados por las firmas colombianas, que han presentado un comportamiento excepcional durante los últimos años.
“Los pronósticos indican que la desaceleración también tendrá un impacto sectorial diferenciado. El actual comportamiento de la tasa de cambio seguramente traerá consigo resultados dispares. Su tendencia presente le restará dinamismo al comercio y tendrá un impacto negativo en el número de empleos, en la medida que el comercio fue el sector que más ocupación creó en los últimos años. No obstante, en los sectores industriales exportadores puede haber buenas noticias para el empleo en los próximos meses, en la medida en que mejore la rentabilidad de los mercados externos en relación con el mercado nacional. También lo habrá para algunas industrias concentradas en el mercado nacional, que puedan sustituir productos importados”, comenta Pidena.
De acuerdo al informe de Coyuntura Laboral en América Latina y El Caribe para 2014, el desempeño actual de los mercados de trabajo de la región es una combinación del buen desempeño laboral que han mostrado los países en los últimos años (altas tasas de ocupación, tasas de desempleo en un mínimo histórico) y una coyuntura económica regional que se ha venido desacelerando. Lo anterior determinó el desempeño laboral de la región en el último año. En resumen, un mercado laboral que, si bien muestra algunos síntomas de desaceleración derivados de la falta de dinamismo de las economías locales, sigue presentando indicadores favorables, en comparación con el resto de economías del mundo.
CONTRA EL DESEMPLEO JUVENIL
Para mantener el desempleo en un digito, “el Gobierno Nacional debe diseñar una política económica y social que ayude a reducir el alto nivel de desempleo juvenil y mejorar las condiciones laborales para la población joven. Este fenómeno exige una cuidadosa estrategia en el frente de la formación del capital humano, particularmente en materia de la formación técnica, tecnológica y universitaria. Está claramente demostrado que la formación en competencias específicas demandadas por los empresarios, sigue siendo una tarea pendiente del sistema nacional de formación, para garantizar que nuestros jóvenes encuentren un empleo en las profesiones más dinámicas y mejor remuneradas”, dice el experto de la Universidad del Rosario.
Finalmente, Cardozo agrega que el reto es mantener las políticas que promueven, por un lado, la contratación de mano de obra y, por el otro, la retención laboral. Es decir, que hay que permitir que el sector real se dinamice en épocas de crisis, soportado en el mercado laboral, y procurar generar iniciativas para que las empresas no despidan personal.