Así las cosas, su presidencia se encuentra maniatada por una economía malherida.
El optimismo desatado por una campaña histórica, la elección del primer presidente negro de la nación y las masivas expectativas se resintieron rápidamente en un contexto de grandes desafíos.
Entre sus grandes logros: Obama probablemente logre que el Congreso finalmente apruebe la reforma del sistema de salud, en la que fracasaron varios de sus antecesores, adoptó la diplomacia multilateral por la que ganó un premio Nobel y está inmerso en la carrera por sacar a las tropas de Irak este año.
Pero el mayor éxito de Obama consiste sin duda en lo que evitó: no hubo una segunda Gran Depresión y el sector financiero no colapsó, dos logros significativos pero difícilmente capitalizables como victorias políticas.
Los sondeos muestran que la aprobación pública de Obama sigue cayendo, por debajo de 50 por ciento, lo que complica su agenda. Con un desempleo de 10 por ciento en el país, el Presidente enfrenta el desafío político de las elecciones legislativas de medio mandato en noviembre.