Dos años han pasado desde que, el 15 de mayo del 2012, comenzó a operar el Tratado de Libre Comercio entre Colombia y Estados Unidos, una de las apuestas más grandes de los gobiernos de estas naciones, con el fin de fortalecer las relaciones comerciales y potencializar el flujo de mercancías entre Latinoamérica y la parte norte del continente.
De acuerdo con Ricardo Triana Soto, director ejecutivo del Consejo de Empresas Americanas (CEA), el balance es muy positivo y se han generado importantes oportunidades para los empresarios de ambos países, además de que es evidente que los productos colombianos tienen potencial, son competitivos y despiertan gran interés internacional.
En el caso específico de las compañías estadounidenses que han demostrado aprecio por Colombia, menciona Triana, es claro que dichas empresas buscan lugares que les garanticen negocios permanentes, con miras al largo plazo, y eso precisamente es lo que han encontrado en el país.
“En los últimos 15 años, la situación de seguridad ha mejorado enormemente, dejando de ser la principal preocupación por parte de los inversionistas. En la medida en que exista una estabilidad económica y política predecibles, con una población creciente en capital humano y capacidad adquisitiva, los inversionistas tendrán más confianza”, comenta el directivo del CEA, y agrega que el TLC ha sido un vehículo óptimo para desarrollar relaciones con el principal socio comercial que tienen los colombianos.
Las estadísticas, según la balanza de pagos del Banco de la República, dan cuenta de que EE.UU. tiene el mayor flujo de inversión extranjera directa en el territorio. En el 2013, la cifra alcanzó los 2.981 millones de dólares (17,7 por ciento del total), lo que mostró una variación del 18,5 por ciento frente a los 2.516 millones que llegaron en el 2012; para el 2011, se registraron 2.301 millones de dólares.
A su vez, la balanza comercial con este es superavitaria y suma 7.125 millones de dólares. En opinión de la viceministra de comercio exterior, Claudia Candela, esto es destacable porque ha sido un periodo en el que las importaciones de EE.UU. disminuyeron y su economía registró un bajo crecimiento.
Las importaciones realizadas por Colombia de Estados Unidos, entre mayo del 2012 y diciembre del 2013, se incrementaron en un 27,1 por ciento en comparación con el periodo anterior, hasta alcanzar los 26.200 millones de dólares. Además, dice la funcionaria, “la situación es algo previsible, teniendo en cuenta que los estadounidenses están aprovechando su acceso preferencial al mercado colombiano, algo que contrasta con lo que sucede con la oferta exportable de nuestro país, que ya tenía acceso preferencial al norte por las ventajas que ofrecía la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas (ATPDEA)”.
En este sentido, se destaca que cerca del 90 por ciento de las importaciones a Colombia corresponden a bienes de capital e intermedios, y materias primas, de los cuales el 80,7 por ciento son artículos que no se producen aquí.
LOS SECTORES QUE RECIBEN LA INVERSIÓN
Los expertos hacen énfasis en que hay que destacar que entre los sectores que están percibiendo inversiones significativas, por parte de empresas estadounidenses, se encuentran el comercio minorista, logística e infraestructura. Este último, teniendo en cuenta las obras que ha presupuestado el país para los próximos años.
Así mismo, en términos de importaciones, se destaca la llegada de materias primas y maquinaria a mejores precios, así como el aumento de productos como trigo, aceites, automóviles, tejidos, arroz, maíz blanco, pollo y quesos.
LAS FORTALEZAS DE COLOMBIA EN LA REGIÓN
Camilo Reyes, director ejecutivo de la Cámara de Comercio Colomboamericana, afirma que muchas empresas de Estados Unidos han llegado a recuperar el mercado que habían perdido en Colombia, así como a conseguir socios y a comprar más.
“El TLC con Estados Unidos establece reglas permanentes en el tiempo, por eso no solo hay mayor estabilidad en las normas que rigen el comercio de los dos territorios, sino un acceso más barato de los productos”.
Reyes resalta el caso de los granos, terreno que habían ganado otros países, con los cuales el territorio colombiano tenía acuerdos comerciales, como Canadá, Brasil y Argentina.
Igualmente, el experto destaca que a las empresas estadounidenses les interesa Colombia porque se trata de un mercado grande en el contexto latinoamericano, pues en la región naciones de casi 50 millones de habitantes o más, solo se encuentran en México y Brasil.
Así mismo, la clase media del país ha crecido mucho en un tiempo relativamente corto y las instituciones colombianas ofrecen estabilidad, si se compara con otros de la región.