De manera jovial, descomplicada y con una memoria que sorprende, contó de sus inicios y realizaciones empresariales. En su vida solo estuvo empleado una vez, dijo, y se retiró en marzo de 1976. Con la liquidación, 453 dólares, comenzó un negocio independiente de servicios petroleros. Soy un buen vendedor. Conseguí varios contratos y la compañía comenzó a crecer, dice. Los descubrimientos petroleros en Brasil en los años 70 y 80 impulsaron el negocio, Efromovich comenzó a montar infraestructura para la explotación petrolera. Creó una empresa de buzos para la operación en el mar, de la cual vendió el 60 por ciento a una compañía extranjera por 600.000 dólares. Cinco años después vendió el 40 por ciento por 15 millones de dólares. Para mí, la suerte es estar en el lugar correcto, en el momento indicado y tener visión, dice. Con esos recursos se metió en la exploración y explotación petrolera. Le adjudicaron algunos bloques petroleros en Brasil, con lo cual consolidó el crecimiento. Se expandió a Ecuador y Colombia, donde compró el campo Rubiales, que Ecopetrol había declarado como no comercial. Compramos sin conocer porque el precio era bueno, recuerda. En aquel entonces producía 600 barriles diarios de crudo pesado. Además, tenía problemas de seguridad. Tras un acuerdo con el Gobierno, financió la presencia del ejército y se mejoró la producción, que hoy está en 23.000 barriles diarios, con la idea de aumentarla a 40.000, luego a 170.000 y construir un oleoducto con una inversión de 700 millones de dólares. A Efromovich no le da miedo hablar de cifras grandes. EL DESPEGUE Al negocio de aviación llegó de carambola. Le pagaron una deuda con un avión turbohélice, con el cual comenzó operaciones a campos petroleros. Cuando nos dimos cuenta, teníamos varias rutas y una aerolínea pequeña, cuenta. Hubo crisis en las grandes aerolíneas brasileñas y Ocean Air -su compañía- comenzó a crecer, con tres aviones de 30 sillas. En febrero del 2004 se le acercaron y le ofrecieron Avianca. Estudió el negocio y le interesó. Ocurrió una coincidencia. Se encontró con Gabriel Silva, presidente de la Federación de Cafeteros y accionista de Avianca, en el aeropuerto de Houston. En una servilleta cerramos el negocio, recuerda. Tenía claro que en la industria de la aviación en Colombia había potencial, aunque mucha gente pensaba que era una locura. Muchas veces cuando la gente piensa que es una locura, se está haciendo lo correcto, comenta. En plena negociación, un día recibió una llamada de Julio Sánchez, de la W, quien le preguntó sobre su experiencia en la industria aeronáutica. La respuesta de Efromovich fue: Es cierto que somos una compañía pequeña, pero nunca nos hemos quebrado, Continental Sí. En su visión del negocio, Colombia tiene una posición geográfica que le da posibilidades. Además, Avianca es una compañía con mucha historia y experiencia, con gente que conoce el negocio, pero que vivía en la incertidumbre. Le ganó el pulso a Copa Continental y se quedó con Avianca. Los esfuerzos se dirigieron a estimular a la gente, a mejorar la eficiencia y a salir del Capítulo XI, que ocurrió el 10 de diciembre del 2004. El tema de los costos de los combustibles no lo asusta. Piensa que están en precios reales y que la gente está acostumbrada a pagar barato. Incluso, comenta que en los 80 eran más altos por situaciones políticas. Además, mencionó que los aviones modernos son más eficientes, consumen 30 por ciento menos. Ésta es una de las razones para que Avianca cambie de flota. La aerolínea tiene un negocio de compra de 30 aviones Air Bus y 10 Boeing 787, con opción de 10 más. La operación incluye otros aviones para Ocean Air, que en total llega a 5.000 millones de dólares. El buen momento económico ha sido el viento de cola para Avianca. Hace tres años el 80 por ciento de los viajeros eran de negocios. Hoy los de negocios son 70 por ciento y de turismo 30 por ciento. Además, creció el negocio de carga. La compañía ha mostrado crecimientos del 10 por ciento en los últimos años. Efromovich tiene la idea de unificar el negocio de aviación del Grupo, bajo la marca Avianca, que hoy quiere decir Aerovías del Continente Americano. El objetivo es convertir a la compañía en la más importante de las Américas, hacia el 2014. Hoy, Avianca espera operar nuevas ruta a París, Londres y Francfort, una segunda a Nueva York, una entre Cali y Madrid, más frecuencias a Santiago de Chile y una a Washington, E.U. MÁS QUE AEROLÍNEAS Y PETROLEO Pero el Grupo Synergy también tiene otras líneas de negocio de gran proyección. Es dueño de dos astilleros en Brasil, -con posibilidad de adquirir un tercero-, donde se construyen buques y parte de la infraestructura petrolera para explotaciones en el mar. También tiene negocios de construcción, los conocidos de servicios, exploración y explotación de petróleo, los de aviación y una línea de suministros médicos. Tiene en total 16.000 empleados. Entre los planes del Grupo Synergy están profundizar en el tema de biocombustibles y energéticos, desarrollar algunos proyectos de refinerías y crecer el negocio aeronáutico, al cual añadirá una aerolínea en Paraguay. No descarta la posibilidad de que sus empresas busquen recursos en el mercado de capitales. Pero sí descartó una posibilidad cercana con Avianca. Al preguntársele sobre las características de los emprendedores, mencionó el trabajo, insistir y tomar riesgos. También hay que creer en sí mismo, dice. Menciona igualmente que se debe asumir compromiso social y con el medio ambiente, si se quiere perdurar. Sobre qué se hizo para que Avianca mejorara, comenta que lo primero fue devolver la confianza a la gente, hacerla sentir importante. Lo conseguimos, pero es el esfuerzo de los trabajadores. Aún en los peores momentos, todo tiene un lado bueno. Sobre la responsabilidad social, dice que la filantropía no se mercadea. En Rubiales apoya un hospital, Avianca colabora con varias iniciativas y en Ecuador le ayudan a varias fundaciones de niños. Otro tema de moda al que se refirió fue el de las acciones de Ecopetrol, sobre las cuales aconsejó comprar, como ahorro, aunque él no invierte en bolsa. Se declaró poco lector, aunque recomendó el libro El Arte de la Guerra, un libro chino, milenario, escrito por Sun Zi, en el cual se destacan la disciplina, el respeto y la transparencia para triunfar. COLOMBIA ES PASIÓN ES UNA FRASE DE GERMÁN EFROMOVICH Nació en La Paz, Bolivia, estudió colegio en Chile y se graduó como ingeniero mecánico en Sao Paulo, Brasil. Se siente colombiano. El país tiene reglas transparentes, compromiso del Gobierno, gente excelente y estabilidad. Hace dos años el Presidente Uribe le preguntó: ¿Señor Efromovich, usted por qué invierte en Colombia?. La respuesta fue contundente: Porque Colombia es pasión. Efromovich se reparte entre Sao Paulo, donde tiene su sede y viajes por el mundo, aunque pasa varios días al mes en Colombia. Es miembro de ocho juntas de empresas del Grupo, pero siempre está en contacto por teléfono o video conferencias con sus ejecutivos. Realmente se pone la camiseta, se le ha visto en los aeropuertos ayudando a cargar el equipaje en los aviones. Recibió la nacionalidad colombiana en el 2005, y dice que el país tiene todo el potencial si resuelve sus problemas de violencia y pobreza. El negocio de Avianca lo cerramos con Gabriel Silva, presidente de la Federación de Cafeteros, en una servilleta, Germán Efromovich.
Finanzas
28 nov 2007 - 5:00 a. m.
Efromovich,visionario de los negocios
La celebración de los 10 años de circulación diaria de PORTAFOLIO tuvo como invitado central en las Lecciones Empresariales a Germán Efromovich, propietario de Avianca y cabeza del Grupo Synergy.
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