La salvaguardia cambiaria implica la imposición, a partir del 5 de enero de 2015, de un arancel del 21 por ciento a las exportaciones colombianas a ese mercado, tasa que, según el gobierno de ese país, equivale a la depreciación del peso frente al dólar en las últimas semanas.
El gobierno de Colombia, a través del Ministerio de Industria y Comercio, rechazó esta medida y "lamenta su adopción sorpresiva e inconsulta, sin apego a los procedimientos establecidos en el marco de la Comunidad Andina (CAN), organización que rige el comercio entre ambos países", señaló un comunicado de prensa.
"Esta acción del gobierno ecuatoriano va en contravía del espíritu de diálogo y trabajo conjunto que ha caracterizado la relación comercial entre ambas naciones y desconoce el hecho de que Ecuador y Colombia tienen estructuras productivas complementarias. El libre comercio entre los dos países, que ya cumple más de dos décadas, ha representado grandes beneficios para los habitantes de ambos lados de la frontera".
Este lunes la Ministra de Comercio, Industria y Turismo, Cecilia Álvarez-Correa, tuvo contacto con su homólogo ecuatoriano para expresar la gran preocupación que genera esta medida en Colombia, hacer un llamado a la prudencia y exigir que se sigan los procedimientos andinos para la toma de este tipo de decisiones.
Del mismo modo, se programó para la próxima semana una reunión de alto nivel para dialogar sobre este y otros temas que afectan a los empresarios colombianos.
Por otro lado, en una comunicación con el Secretario General de la CAN, Pablo Guzmán, la Ministra demandó de esa Secretaría un pronunciamiento inmediato acerca de la legalidad de la salvaguardia ecuatoriana y acciones prontas que conduzcan al desmonte de la medida. Adicionalmente, anunció que Colombia utilizará todos los instrumentos a su alcance para evitar que esta medida siga su curso.
La decisión ecuatoriana, tomada por el Comité de Comercio Exterior (Comex), también llevó al presidente de la Andi (Asociación Nacional de Empresarios de Colombia), Bruce Mac Master, a pedir una enérgica reacción del Gobierno colombiano, puesto que -dijo- “la industria nacional será fuertemente impactada, la producción también, y se trata de una medida arbitraria, pues la devaluación del peso frente al dólar, que fue la que los llevó a tomar la medida, no se ha dado de manera artificial”.
En efecto, para los ecuatorianos, la aplicación de esta medida venía en camino desde el año pasado, ante su imposibilidad de devaluar su moneda, porque su economía está dolarizada. Esto, para el vecino país, genera una competencia desigual, mientras que para Mac Master, es la industria nacional la que pierde competitividad en su comercio exterior con Ecuador, aunque la afectación será de doble vía. "Se trata de un palo en la rueda al comercio entre los dos países, en el que hay de por medio 1 millón de dólares anuales que importan los empresarios colombianos y que involucran a 650 empresas de allá. Paralelamente, Colombia exporta 2.000 millones de dólares lo que salpica a 3.000 empresas colombianas", dijo Mac Master.
Implantar esa medida exigió del Ecuador un largo análisis, según el diario El Comercio. "El Comex analizó la solicitud de emergencia presentada por el Ecuador a la Secretaría General de la Comunidad Andina (CAN), el 24 de diciembre de 2014, en la que se demuestra la existencia de una alteración de las condiciones de competencia equivalente al 21 por ciento para el peso colombiano y al 7 por ciento para el sol peruano". En consecuencia, a Perú también le aplicarán la medida, pero en proporción menor a la de Colombia, por considerar que acá la devaluación es mayor.
La autoridad de comercio exterior del vecino país se amparó en el llamado Acuerdo de Cartagena, según el cual, "si una devaluación monetaria efectuada por uno de los países miembros de la CAN altera las condiciones normales de competencia, el país que se considere perjudicado podrá plantear el caso a la Secretaría General, que deberá pronunciarse breve y sumariamente".
Pero, para Mac Master, la salvaguarda ecuatoriana "viola las normas de la Organización Mundial del Comercio. La medida está claramente dirigida contra los colombianos. Habrá que pensar en otros países para ir a comprar. Colombia tiene que ser muy fuerte en su reacción".