“La Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) debe concertar y trabajar con el Gobierno los mecanismos para el trámite de las propuestas concretas de los gremios agropecuarios y su desarrollo, para solucionar tan pronto como sea posible los graves problemas que aquejan al agro colombiano”.
Así concluye un comunicado de cuatro párrafos que consigna la decisión de la reunión extraordinaria de la junta directiva de la SAC del lunes, después del tenso encuentro con el presidente Juan Manuel Santos en la Casa de Nariño.
En esta cita, el presidente de la SAC, Rafael Mejía, fue objeto de un duro jalón de orejas de Santos, por cuenta de unas declaraciones sobre las negociaciones de paz en La Habana. Según asistentes a la reunión, Santos le exigió a Mejía disculparse por estas.
En las semanas previas, la SAC venía insistiendo en los efectos nocivos para el agro del acuerdo comercial de la Alianza del Pacífico con México, Chile y Perú. Mejía terminó redondeando esas críticas la semana pasada en una entrevista con EL TIEMPO, en la cual cuestionó el proceso con las Farc y se preguntó “¿quién manda aquí: el Presidente o la isla de Cuba?”
En el comunicado de ayer, los gremios y entidades que integran la SAC comparten el mensaje de Santos de trabajar unidos para sacar adelante el campo.
El planteamiento fue reiterado por Mejía, quien enfatizó en que desde que preside el gremio, hace 13 años, esa ha sido su labor.
Mejía desmintió rumores sobre su eventual renuncia a la presidencia de la SAC por los roces con la cúpula del Gobierno y manifestó que cuenta con el respaldo de la junta directiva.
La negociación del acuerdo comercial de la Alianza del Pacífico (AP) ha sido blanco de fuertes y permanentes críticas de la SAC y motivo de distanciamiento con el Gobierno, pues considera que el acuerdo es una amenaza letal; por esto, desde mayo del año pasado se marginó del proceso y retiró su apoyo al Gobierno.
Una de las causas del disgusto y alarma del gremio es la inexistencia, en el acuerdo, de mecanismos de defensa comercial del agro, como lo registró este diario a finales de febrero.
No obstante, en carta a EL TIEMPO anterior al encuentro del lunes con el Presidente, Mejía señala que, si bien la carencia de mecanismos de defensa “es un despropósito, el retiro de la SAC y su rechazo a la AP obedece a más razones:
–La supresión de la franja de precios, único mecanismo estabilizador de los precios agropecuarios ante las fuertes distorsiones en estos productos.
–Generar un mecanismo de aprobación de acuerdos comerciales por “la vía rápida”, evadiendo las facultades de aprobación o rechazo del Congreso, a través de una ley marco que establece un marco de adhesión a un acuerdo previo.
–La eliminación a ultranza de los aranceles de bienes sensibles cuando las condiciones comerciales indicaban que para estos bienes ha debido mantenerse la exclusión del programa de desgravación arancelaria.
–El favorecimiento comercial para los socios de la AP en agricultura y la inconveniencia y carencia de beneficios económicos y comerciales para Colombia y el sector agropecuario.
–La aceleración de desgravaciones arancelarias a las condiciones acordadas a Estados Unidos, con el total desconocimiento del sector privado y con el consecuente deterioro de la escasa protección con que cuenta el sector.
–La carencia de mecanismos de defensa como salvaguardias y derechos antidumping generan graves amenazas sobre el sector agropecuario y la estabilidad social y económica en el campo.
REUNIÓN CON LA ANDI
Un día después del encuentro del Gobierno con la SAC, ayer el jefe negociador del Gobierno en los diálogos con las Farc, Humberto de la Calle, intervino ante la junta directiva de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) y sostuvo que no se ha tocado ni una coma de lo acordado en el punto de desarrollo agrario.
De la Calle reiteró que con las Farc no se está negociando el modelo económico y que no habrá concesiones que afecten la inversión.
