Ningún mercado fue inmune a las turbulencias que marcaron el primer semestre del 2018, pero los emergentes (incluido Colombia), figuraron entre los más resentidos en un escenario en que los inversionistas están más temerosos a asumir riesgos por los vaivenes del petróleo y la guerra comercial (por ahora).
De hecho, no solo Wall Street terminó con números rojos (el índice de acciones Dow Jones bajó 1,8% en los seis meses), sino que en el vecindario las bolsas de Sao Paulo y Santiago de Chile terminaron el peor semestre en cinco años.
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En el caso de Colombia, el Colcap acumuló una valorización de 4,19% durante la primera mitad del año que, a decir verdad, obedece al buen desempeño bursátil de solo tres emisores: Ecopetrol, Bancolombia y Davivienda.
Otros tres cerraron en positivo, pero por debajo del índice: ISA, Grupo Energía Bogotá y Banco de Bogotá.
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En cuanto a las monedas, la volatilidad también estuvo a la orden del día. A pesar de las fuertes variaciones, pues si bien el dólar en el país empezó el año en 2.984 pesos y alcanzó a caer hasta 2.705 pesos, recientemente ha vuelto a ganar terreno.
Y es que, independientemente de la foto del cierre de junio, la realidad es que el panorama seguirá agitado en las próximas semanas.
El tema principal será el avance de guerra comercial que inició Estados Unidos, y a la que ya están respondiendo sus grandes socios comerciales, como China y Canadá.
Un informe de investigaciones económicas del Banco de Bogotá dice que “en julio entrarán en vigencia algunas medidas que darían continuidad a las preocupaciones asociadas al proteccionismo comercial. Considerando que las ofertas chinas para moderar las tensiones no satisfacen a Estados Unidos, pues su motivación tendría un componente político, este tema probablemente continuará concentrando la atención de los mercados internacionales”.
El comportamiento de la tasa de cambio dependerá del rumbo del precio del petróleo, que también ha estado agitado recientemente por temas relacionados con la OPEP.
Y aunque el tema internacional es determinante para los activos colombianos, si se mira desde la óptica netamente local, las condiciones son mucho más favorables que en el primer semestre, pues el tema político ya pasó y se espera que la economía colombiana acelere su recuperación.